DON VICENTE, ESTÁ PERDONADO

Muchos, al menos acá por el sur de España, le habíamos cogido tirria. Sí, sí. A usted. Algunos porque no olvidaban su pasado merengue y otros porque vino de la mano de Mr. Baldasano como asesor deportivo en una presentación en el Hotel Playa Victoria de ríase usted de Operación Triunfo. Aunque de aquel descenso en el Rico Pérez apenas tiene culpa -pongamos que su puesto en aquella flamante directiva llena de personajes ilustrísimos pero don nadies del cadismo, sería algo similar al de Michael Robinson con Antonio Muñoz, sí que colaboró como actor secundario en aquella puesta en escena llevada a cabo por Don Arturo Baldasano. Sí, hombre. Ese que nombró al 'popular' Ignacio del Río como vicepresidente del Cádiz por ser 'los del Río' «un apellido de los de toda la vida en Cádiz». Sí, hombre. Ese que nombró a los afamados y no menos patéticos periodistas de 'Marca' José Vicente Hernáez y Roberto Gómez como socios de honor del equipo gaditano. Sí, hombre. Ese mismo que eligió a Bertín Osborne como presentador del Trofeo de los trofeos por ser simplemente, ¿qué dijo? Ah, sí. Por ser su amigo gaditano del alma.

En fin, Don Vicente. ¿Cómo se dejó engañar para meterse en algo tan serio como es este club para muchísimos gaditanos si bien sabía usted que no iba a trabajar de la igual forma que ha trabajado para la selección? Que conste, que escribo este artículo mucho antes de que comience la gran final de Johannesburgo (cosas del periodismo, Don Vicente). Y lo hago porque este Mundial ha dado usted sobradas razones para ahogar las críticas de cantidad de necios, comenzando por las provenientes de su antecesor en el cargo. Y lo ha hecho como lo hacen los señores. Con trabajo y sin decir una palabra más alta que otra. Ha pulido a una selección que le llegó cogidita por alfileres y con muchos jugadores claves tocados.

Por ello, aquí el menda le borra de la parafernalia 'baldasaniana'.