Sigo opinando
Actualizado: Guardar¡Oh, Señor, tu mar es tan grande, y mi barca tan pequeña...! No, no es que yo sea el pulpo Rappel alemán (me va más la centolla), pero mira por dónde, también he atinado en mi predicción y razonamiento, publicados días atrás en este diario, sobre la creatividad del conjunto español y sus posibilidades de cantar el gran bingo. Porque ése es nuestro fútbol, un poco en entredicho desde el europeo pero que, en esencia, lo es. Ni Alemania ni nadie se comen el mundo la víspera. El mundo es enorme. Lamento el disgusto que se habrán cenado los profetas sombríos; los anti-selección española o anti-cualquier cosa que suene a paella, aunque rebañen el plato cuando nadie les ve. Para todos y todas, una pronta rehabilitación. Mi más cariñoso aplauso a todo el conjunto alemán y seguidores por su conducta intachable. Y basta ya de hablar de nuestra miseria excluyente local, que mueve a la risita en una Europa sin cotos. Únicamente nos resta la tabla de quesitos holandeses formada por jugadores defenestrados en su momento por clubes españoles. La Roja actual ya ha demostrado, suceda lo que suceda al final, ser la poseedora incontestable del talento y la magia. «Ansia y nervio» -como diría Máximo Décimo Meridio a sus tropas-. Yo digo: tila, mucha tila, agoreros, y no mezclemos setas con rolex...
alberto f. araújo.