Juzgan a una paciente por agredir a una médico que no quiso recetarle
La usuaria está imputada por golpear, arañar, amenazar e insultar a la doctora, por lo que la acusación pide casi tres años de cárcel
JEREZ. Actualizado: GuardarEl 3 de octubre de 2008 se produjo un episodio en el centro de salud de San Telmo que acabó por dirimirse ayer en los juzgados, con la imputación de la paciente María del Mar P. C. como presunta autora de un delito de atentado contra funcionario público, sobre la persona de Isabel M. S. V, médico del ambulatorio. El Juzgado de lo Penal número 2 acogió la celebración de una vista tensa, en la que la presunta víctima e incluso algunos testigos prefirieron declarar bajo la protección y el anonimato de una mampara.
El juicio arrancó con la declaración de la acusada, enferma crónica, que relató cómo el día de autos acudió al centro presa de un fuerte dolor debido a una colitis ulcerosa en busca de su tratamiento habitual. «Mi médico de cabecera no estaba y y tuve que esperar -declaró la procesada-. Cuando llegó esta doctora venía como enfadada y me dijo que siguiera esperando hasta que entré. Entonces le dije que no me encontraba bien y que quería mi tratamiento, que venía indicado en el ordenador, pero ella me respondió que no, que el lunes se lo pidiera a mi médico».
Según su testimonio, la profesional ni la auscultó ni le hizo pregunta alguna sobre su estado, ni tan siquiera «miró el ordenador para ver el tratamiento». La doctora simplemente se negó, argumentando siempre según la imputada que los médicos de guardia no podían recetar lo que ella requería. «Yo reconozco que me puse nerviosa -confesó-, gesticulaba mucho y entonces le dije que ojalá le pasará a ella lo que me estaba pasando a mí».
Sin embargo, la acusada aseguró que nunca agredió, insultó ni amenazó a la médico, como así aseguran la fiscal y la abogada de la acusación particular, insistiendo en que fue ésta la que le amenazó con la frase «ahora te vas a enterar». Tras esta declaración le tocó el turno a la presunta víctima, que explicó por qué se había negado a recetar lo que la paciente demandaba.
«Ella me pidió trankimazin y en su historial ponía que su médico le había dado dos cajas y hasta el lunes siguiente no se le acababan. Ella siguió insistiendo y en un momento empezó a gritarme, a amenazarme y a pedirle a Dios que ojalá me pasara algo malo». Según la doctora, en un instante en que se dirigió a mirar el ordenador la usuaria se abalanzó sobre ella y le propinó dos golpes, arañándole y tirando las gafas que llevaba puestas.
«Yo me quedé bloqueada -explicó- y cuando ella salió por la puerta me gritó que era una hija de puta, y entonces fue cuando comencé a reaccionar». La médico fue atendida enseguida por un grupo de compañeros a los que ella avisó y que certificaron que había sufrido un arañazo en un párpado y una contusión en la mejilla, además de una crisis de ansiedad.
Secuelas psíquicas
Asimismo, contó cómo este suceso le marcó en su vida profesional y personal, ya que le provocó una fobia no sólo a su puesto de trabajo (estuvo semanas de baja) sino también a la ciudad de Jerez, por lo que acabó siendo destinada a un centro de salud de Rota. Esto lo justificó argumentando que la Policía, cuando fue a poner la denuncia, le advirtió de que la acusada tenía antecedentes penales y pertenecía a una familia conflictiva.
Los testigos que comparecieron posteriormente (un médico, un vigilante de seguridad, una enfermera y un perito forense) vinieron en mayor o menor medida a confirmar que se había producido una agresión, a tenor del parte médico de la doctora y su estado de ansiedad. Si bien nadie fue testigo director de lo ocurrido, varios de ellos sí reconocieron que habían visto a la imputada entrando o saliendo de la consulta en un estado alterado. Sin embargo, todos ellos negaron que esta persona hubiera causado problemas en el centro con anterioridad, como así aseguró la demandante que le había advertido personal del mismo.
Una vez escuchados todos los testimonios, el juicio finalizó con las conclusiones de las partes, que se ratificaron en su petición inicial. Así, la Fiscalía solicita un año y seis meses de prisión, por un presunto delito de atentado contra funcionario público; ocho días de localización por una falta de lesiones, y dos multas de 20 días a razón de seis euros diarios por dos faltas de vejaciones e injurias. La acusación, por su parte, pide dos años de cárcel por un presunto delito de atentado; ocho meses por otro de lesiones psíquicas; multa de 20 días a50 euros diarios por vejaciones y una indemnización de 2.000 euros.