El pesimismo económico daña a los políticos

El pesimismo de los españoles sobre la situación económica del país alcanzó en junio sus cotas más altas. Coincidiendo con la huelga de funcionarios, el plan de ajuste del Gobierno, la ruptura del diálogo social y el anuncio de la reforma laboral, casi ocho de cada diez encuestados por el CIS manifestaron que la coyuntura era «mala» o «muy mala». Una percepción que tuvo daños colaterales en la opinión ciudadana sobre la responsabilidad de la clase política en la gestión de la crisis: un 69% aseguró que no está siendo buena, casi ocho puntos más que en el mes de mayo. Como es habitual en los últimos meses, el paro es, con mucha diferencia, la principal preocupación de los españoles, seguido de lejos por los problemas económicos, la clase política y la inmigración. ¿Y dentro de un año? El pesimismo sobre la situación económica se mantiene intacto (sólo un 16% se muestran optimistas con que mejorarán las cosas) y lo mismo ocurre con la gestión política de la crisis (uno de cada cuatro dice que seguirá igual y sólo el 11% se muestra más animado).