VIQUEIRA Y SU MISIÓN

Vino a decir Emilio Viquiera en su presentación como nuevo director deportivo del Xerez, que tiene por delante una misión en el club azulino y que se siente plenamente capacitado para sacarla adelante. Dejó claro que los fichajes van a ser cosa suya -aunque los comente con Gorosito- y no se lamentó del tiempo perdido. Todo en orden, capitán. Sin embargo, para algunos de nuestros internautas la labor que va a emprender el hasta hace un rato número 10 del equipo no tiene visos de llegar a buen puerto. ¿Será una misión imposible? Vamos a confiar por el bien del xerecismo que los vaticinios de Azulino, situando a Viquiera como el precursor de «la ruina del Xerez», no lleguen a producirse, porque entonces sí que iba a producirse un buen drama. «No sabe ni donde está de pie, pero bueno como está la cosa cualquiera es bueno», termina claudicando en su reflexión. «Tenemos menos estructura que una caja de cerillas», se mofa grada mu, lo mismo que hace Francisco Soto con Armenteros, por el que, supuestamente se pelea media Segunda. «Pues tendrán que enseñarle a regatear y centrar. Mejor vuelva al Sevilla B», asegura.

Al cuello de Azulino se tirán Xerecista y Viquiera mago, que ven al gallego como la solución perfecta a los problemas que vive actualmente la institución. «No estoy de acuerdo con los últimos comentarios contra Viqueira, y sí estoy muy de acuerdo con la sensatez y pensamientos que ha demostrado tener. Debemos estar orgullosos que por primera vez se hable de jerezanizar el equipo, algo que nadie ha sido capaz de proponérselo. Mucho ánimo y has oídos sordos a esos que dicen llamarse xerecistas y lo que parece es que están siempre desestabilizando con sus erróneos comentarios. ¡AUPA XEREZ !», anima el primero. «Si en alguien podemos confiar ahora mismo ese se llama don Emilio Viquiera Moure porque más contactos con representantes que tiene él no lo tiene ni Rondán... y anima más al equipo», sostiene el segundo, a la vez que le recomienda que se saque el título de entrenador. Seguro que Viqueira a estas alturas ya sabe que hay tantos entrenadores como aficionados de fútbol.