Un cámara graba la entrada a la urbanización portuense donde vivía el matrimonio, el lugar del crimen. :: JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

Milagros murió asfixiada

La autopsia indica que su cara fue aplastada contra el suelo mientras se defendía. El informe forense confirma la hipótesis de la violencia machista y sitúa al marido, que tenía heridas de lucha, como único sospechoso

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Caso casi cerrado, salvo que la investigación depare alguna sorpresa. La Policía Nacional lo tenía claro y sólo trabajó desde un primer momento sobre la tesis de la violencia machista; de ahí que pusieran al frente de las diligencias al Servicio de Atención Familiar (SAF) de la Comisaría de El Puerto. El informe forense con el resultado de las autopsias practicadas ayer por la mañana a los cuerpos de Milagros Galán y su marido, Francisco Galán, han reafirmado esa hipótesis. Milagros se convertía así en la víctima andaluza número 11 por culpa de esta lacra en lo que va de año.

La exploración a los restos mortales de la vecina portuense concluye con una única causa de la muerte: la asfixia. Según los datos del informe a los que ha tenido acceso este medio, Milagros fue agarrada por la espalda, tirada y sin apenas capacidad de movimiento y a merced de su agresor, éste le aplastó la cara contra el suelo para dejarla sin respiración.

Lesiones internas

Esta forma tan violenta de muerte, sin embargo, no deja signos visibles en el cuerpo. Por eso, cuando fue hallado el cadáver de Milagros se generó cierto desconcierto entre los investigadores porque no había rastros de sangre en la habitación ni lesiones aparentes. Pero la autopsia sí confirma que la mujer sufrió durante la pelea que mantuvo con su agresor. Los restos mortales presentaban varias costillas rotas y contusiones internas en la espalda que se las había provocado su atacante mientras la presionaba contra el piso.

Milagros se defendió hasta el último momento. Cuando su cuerpo fue descubierto aún llevaba en su mano derecha un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. Se había refugiado en su habitación, donde había pruebas evidentes de que se había producido una escena violenta. La víctima había tumbado una cama, a modo de trinchera, para evitar que su agresor entrara, y la estancia estaba revuelta, con algún destrozo evidente como una lámpara. La escena descubierta coincide con el relato a través de las lesiones corporales que realizan los forenses.

Fue una vecina y prima política de la pareja quien halló el cuerpo de Milagros. Extrañada porque la pareja no hubiera acudido a una cita para ver el partido de España-Paraguay, y sin poder contactar con ellos por teléfono, se decidió a entrar en la vivienda con un juego de llaves que el matrimonio le había prestado.

La autopsia sitúa como único sospechoso de la agresión mortal al marido de Milagros. Francisco falleció a consecuencia de un disparo en la cabeza con una escopeta de caza de su propiedad. Tras acabar con la vida de su esposa, este conocido viñista se fue al garaje de la lujosa vivienda donde residían y allí cogió el arma para dispararse. Además del impacto mortal en la cabeza, el cuerpo presentaba lesiones en ambos brazos provocadas durante la pelea. Ésta es la única sucesión de hechos que establece la Policía Nacional, después de que descartara el asalto al chalé por falta de signos de violencia en la casa, salvo la habitación donde murió Milagros.