EL Puerto

Unas 400 personas entre familiares y amigos asisten al funeral del matrimonio portuense

El informe forense confirma la hipótesis de la violencia machista y sitúa al marido, que tenía heridas de lucha, como único sospechoso La autopsia indica que su cara fue aplastada contra el suelo mientras se defendía

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Unas 400 personas han acudido esta mañana a la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto para despedir los féretros con los restos mortales del matrimonio portuense relacionado con el último episodio de violencia machista. Sobre las 10.30 de la mañana han llegado en dos coches los cadáveres de Milagros y Francisco Galán. Familiares, amigos y vecinos han abarrotado la Iglesia y parte de la plaza de España para dar su último adiós a los fallecidos y el pésame a la familia. La breve ceremonia religiosa ha transcurrido sin incidentes en medio de grandes muestras de emoción. Cinco agentes de la Policía Nacional y otros tanto de Policía Local se han apostado en la plaza de España para evitar posibles incidentes, aunque la entrada de los féretros ha transcurrido en silencio y con total normalidad. El matrimonio será enterrado en el cementerio municipal.

La investigación

La Policía Nacional lo tenía claro y sólo trabajó desde un primer momento sobre la tesis de la violencia machista; de ahí que pusieran al frente de las diligencias al Servicio de Atención Familiar (SAF) de la Comisaría de El Puerto. El informe forense con el resultado de las autopsias practicadas ayer por la mañana a los cuerpos de Milagros Galán y su marido, Francisco Galán, han reafirmado esa hipótesis. Milagros se convertía así en la víctima andaluza número 11 por culpa de esta lacra en lo que va de año.

La exploración a los restos mortales de la vecina portuense concluye con una única causa de la muerte: la asfixia. Según los datos del informe a los que ha tenido acceso este medio, Milagros fue agarrada por la espalda, tirada y sin apenas capacidad de movimiento y a merced de su agresor, éste le aplastó la cara contra el suelo para dejarla sin respiración.

Lesiones internas

Esta forma tan violenta de muerte, sin embargo, no deja signos visibles en el cuerpo. Por eso, cuando fue hallado el cadáver de Milagros se generó cierto desconcierto entre los investigadores porque no había rastros de sangre en la habitación ni lesiones aparentes. Pero la autopsia sí confirma que la mujer sufrió durante la pelea que mantuvo con su agresor. Los restos mortales presentaban varias costillas rotas y contusiones internas en la espalda que se las había provocado su atacante mientras la presionaba contra el piso.

Milagros se defendió hasta el último momento. Cuando su cuerpo fue descubierto aún llevaba en su mano derecha un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. Se había refugiado en su habitación, donde había pruebas evidentes de que se había producido una escena violenta. La víctima había tumbado una cama, a modo de trinchera, para evitar que su agresor entrara, y la estancia estaba revuelta, con algún destrozo evidente como una lámpara. La escena descubierta coincide con el relato a través de las lesiones corporales que realizan los forenses.

Fue una vecina y prima política de la pareja quien halló el cuerpo de Milagros. Extrañada porque la pareja no hubiera acudido a una cita para ver el partido de España-Paraguay, y sin poder contactar con ellos por teléfono, se decidió a entrar en la vivienda con un juego de llaves que el matrimonio le había prestado.

La autopsia sitúa como único sospechoso de la agresión mortal al marido de Milagros. Francisco falleció a consecuencia de un disparo en la cabeza con una escopeta de caza de su propiedad. Tras acabar con la vida de su esposa, este conocido viñista se fue al garaje de la lujosa vivienda donde residían y allí cogió el arma para dispararse. Además del impacto mortal en la cabeza, el cuerpo presentaba lesiones en ambos brazos provocadas durante la pelea. Ésta es la única sucesión de hechos que establece la Policía Nacional, después de que descartara el asalto al chalé por falta de signos de violencia en la casa, salvo la habitación donde murió Milagros.