Opinion

Ausentada presencia

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Esta es una de esas noches donde el silencio saca sus dientes para morder, donde no se atisban estrellas y la respiración larga y profunda se expresa trémulamente. Mi cama parece de espinas, y siento un terrible dolor en el pecho, aunque no veo sangre en mi piel. Se aproxima la fecha en la que te fuiste al cielo y, a pesar de hacer un par de años ya, aún el dolor me es fresco y cercano. Dejaste mucha vida en tu muerte; esa vida viene alguna vez a mis sueños. Ya sólo en ellos comparto momentos contigo, ya sólo en los sueños te hago realidad. Te vi ayer con tu cabeza tan bien peinada, con tu moño tan bien recogido y tus zarcillos de oro en tus grandes orejas. Te vi riñendo con los perros para que no se subieran a los sofás. con tu torrente de voz de ganadera. Y es que añoro hasta tus gritos, pues tu temperamento era un remolino de fuerza, donde todo el fondo era dulzura.

Ya no existen mujeres como tú, tan de verdad, dedicadas a su casa y a sus niños. Tú eras feliz sólo con dar, sin esperar nada a cambio. con esa limpieza, esa devoción libre por la familia. Ayer tu hija hizo una berza casi tan buena como las tuyas, con ese saber del sabor que tú le hacías a todas las comidas. Pero nunca más esas colas de toro, nunca más esos guisos de siempre. Y es que ni mis ropas huelen como antes, ni tan bien dobladas mis camisas, ni esos pañuelos que olían a ti. aquellos roperos tan bien vestidos se fueron contigo. Sabrás que tienes una nieta llamada India del Pilar por ti; preciosa y simpática. Sé que te la comerías a besos, como hacías con nosotros tres. Sé que sigues bregando desde el cielo con nosotros, y que cuidas nuestros destinos. Te gustará saber que mamá le sigue dando pan a los pajarillos y palomas que vienen al alba a la cocina, aunque aquel gordito que piaba buscándote sólo a ti ya no viene. Me gusta pensar que voló contigo.

Hace poco un señor nos trajo por sorpresa un montón de fotos tuyas con Bernardo. En una aparecías de joven toreando de salón, con ese porte tan tuyo en la casa de la Barriada de España. Ayer la Elo y Rafa dijeron de ir a verte para llevarte flores. A mí aún me faltan fuerzas para ir más de lo que quisiera. Aunque bien sé que tú no querrás que vayamos para no hacernos pasar fatigas. Sabes que eres el Pilar que sostiene mi vida, que somos mamá y tus tres hijos lo que tú nos diste, como esa noble semilla que sembraste en nuestros corazones y es hoy trepadora enredadera que fuerte y verde nos abraza envolventemente.