Debate sobre el poder presidencial
VARSOVIA. Actualizado: GuardarDurante la campaña polaca quedaron fuera muchos temas, entre ellos la necesidad o no de fortalecer la figura del presidente. Pero el debate sigue sobre la mesa y es posible que se retome tras las elecciones de ayer. Y en este apartado las posturas también están muy distantes.
Desde el conservador Ley y Justicia (PiS) se apuesta por incrementar las atribuciones del jefe del Estado, mientras que desde la Plataforma Cívica (PO) se aboga por dejar las cosas como se encuentran ahora mismo. Y es que, como señalan varios analistas políticos, es peligroso tener a un líder propenso a sobrepasar sus competencias. «Y eso nuestra Constitución no lo permite», subraya Waldemar Kuczynski.
La Carta Magna polaca acota claramente los poderes de la máxima autoridad del país, que también es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas. La principal potestad del presidente en la vida política diaria es su capacidad para vetar las medidas presentadas en el Parlamento por el canciller y su equipo de gobierno. Un derecho que puede ralentizar mucho las reformas o nuevas leyes y que ya fue muy utilizado por el malogrado Lech Kaczynski.
Derecho de veto
«El poder del presidente en Polonia no es demasiado importante en la economía o en las cosas más tangibles, pero posee competencias para frenar reformas y así obstaculizar mucho los cambios necesarios. Aun recuerdo el veto a la modificación de la sanidad planteada por el primer ministro Donald Tusk ante el anterior máximo mandatario y que ya nunca se pudo llevar a cabo», rememora el analista económico Piotr Rudzki.
El papel del presidente tiene un mayor peso en lo que se refiera al apartado representativo. Es el primer encargado de la diplomacia internacional, lo que ha provocado más de un conflicto absurdo entre el jefe del Estado y el del Gobierno para decidir quién es la persona idónea para asistir a diversos aniversarios, eventos o cumbres internacionales. Otras de sus principales competencias son iniciar los cursos legislativos, ratificar los acuerdos internacionales y nombrar embajadores.