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Talento y duende a partes iguales
Rosario Montoya 'La Reina Gitana' Pianista
Actualizado: GuardarEn los escenarios es difícil hallar una mezcla tan bien repartida de talento, sensibilidad, fuerza y sencillez. Ella, sin embargo, la tiene. Es de esas pocas personas a las que se les nota que son artistas con sólo cruzártelas por la calle. Rosario tiene arte, seguro, hasta para cepillarse los dientes. Posee el embrujo de aquellos toreros que emocionaban haciendo el paseíllo, y un pellizco que está en peligro de extinción y que sólo puede encontrarse en determinados rincones de Jerez. Está en casa de su madre, que cocina una paella mientras hablamos. Allí mismo está montando su propio estudio profesional, en el que ya ha comenzado la grabación de su primer disco. «¿Tú sabes lo que es estar ahí y que venga tu madre y te dé dos besos o te traiga un vaso de gazpacho? Eso no tiene comparación». La figura materna es fundamental para esta joven artista. De hecho, una de sus composiciones más bellas y emocionantes al piano lleva por título 'A mi mare', y fue ella quien, sin intención de hacerlo, le puso el nombre artístico a su hija. Rosario siendo muy niña estuvo tres años seguidos pidiéndole a los Reyes Magos un piano de cola, dos anillos de diamantes y un collar de perlas. «Mi madre y mi tía», recuerda entre risas, «cuando leían lo que había pedido siempre me decían: ¿Tú quién te crees que eres, la reina gitana?». La jerezana todavía conserva hoy la carta en la que pidió por vez primera ese piano. Tenía cuatro años. Unos meses antes se había quedado clavada ante la televisión viendo un concierto. «Yo vi aquello y me enamoré totalmente». Y ahora, tras varios años de estudio y de sacrificio por la música y por sus metas artísticas, se ha convertido en la primera mujer de raza gitana que obtiene el título de profesora e instrumentista de piano del país. El logro tiene mayor mérito si tenemos en cuenta que ninguno de sus seis hermanos ni sus padres han desarrollado carrera artística alguna. Eso sí, su abuelo fue profesor de guitarra en el conservatorio y su madre es una gran aficionada al cante y al baile, pero nunca se dedicó a ello «porque aunque vino a buscarla incluso Carmen Amaya, mi abuelo dijo que prefería verla casada y teniendo niños que viajando por los tablaos». Y hablando de bodas, a la actividad y los nervios de su primer disco Rosario le tiene que sumar que el 16 de octubre se casa con Alejandro Olivero, que además de su pareja sentimental es su representante. «He tenido la suerte de enamorar al manager (risas), y la verdad es que cree mucho en mí, me apoya incondicionalmente y no es nada egoísta». Con Alejandro -que le regaló su piano de cola- comparte alegrías, alguna preocupación y también distintas aficiones, especialmente la pesca, «que me relaja mucho». «Hace unos días pesqué 14 sargos en un espigón en Cádiz. Hasta el hombre que estaba a mi lado se enfadó, se aburrió, cogió sus cosas y se fue». Y no se trata de una exageración de pescadores. En su página de Facebook estaban colgadas las fotos de tan provechosa jornada pesquera antes de que acabara el día. La pianista entra a diario en esta red social, en la que ha creado un estilo propio con sus comentarios. «Yo me lo paso muy bien y todo el mundo me dice que espera mis mensajes para hartarse de reír», señala Rosario.
La lectura y los paseos también ocupan el tiempo libre de la artista, que tiene como mascotas a 'Winni' y 'Tina', dos perras que se parecen a sus dueños. «'Winni' es yo enteramente y 'Tina' es igual que Alejandro», apunta. Rosario está orgullosa de su gente y su tierra, y al contrario pasa lo mismo. Antes de terminar nuestra conversación me dice: «No se te olvide poner que yo a ti te quiero mucho y te tengo mucho cariño». Lo prometido es deuda, Rosario. Viva tú.