La Nostra Cultura
Actualizado: GuardarLo tenía guardado en mi biblioteca de color cerezo. Era un cómic retapado que dos alumnas habían regalado a mi padre. La dedicatoria de una rezaba así: 'Per Don Enrique d'l'seva alumna de vuté'. Firma Montserrat Cot, a la que nunca conocí. El volumen, editado gracias al Banco de Bilbao/Catalunya, tiene su primera edició en juny 1980, y declara estar Imprès a Espanya. No sé qué pensarían de ello D. Guillermo Jiménez y el resto de magistrados del Tribunal Constitucional. El libro, naturalmente, está íntegramente escrito en catalán. El Pròleg -prólogo- comienza así: «La cultura catalana és, sobretot, un exemple de continuïtat i de voluntat d´afirmació de tot un poble». Firma Josep Maria Ainaud de Lasarte, al que tampoco conocí nunca.
El arte del volumen es de bella factura, realizado por Jaume Marzal Canós. Es uno de esos tomos que se editaban en los años ochenta, de tan cuidada confección, dotados de un laxo contenido ideológico fruto del trance del país, como los cuatro libros de 'El Cid' de Hernández Palacios o el 'Ché' de los Breccia, editado por Ikusager. Narra en breves episodios un 'breu itinerari per la cultura catalana', comenzando en su página 9 con una ilustración que muestra a Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona ('Raimundo Berengarii IIII-comiti barcinonis'), postrado en su lecho de muerte tras una batalla contra aquel Islam de entonces, siendo honrado por el Rey de Aragón, al hundir su mano en la herida abierta del caballero y marcar su escudo con cuatro franjas verticales de sangre, como el blasón aragonés, por la valentía demostrada en la batalla.
El texto que acompaña a la ilustración dice que ahí es cuando Cataluña comienza el camino hacia la formación de su personalidad nacional. Quizá entonces no se tomaba tanto cuidado con la elección de las palabras, quizá daba igual llamar a algo Condado, Pueblo, Nación o Estado. Quizás. Lo que sí es seguro es el hartazgo que me produce la venta de mentiras basadas en algoritmos históricos nacionalistas. Esto no tiene nada que ver con esos catalanes que se sienten también españoles, sino con esa clase política ignorante que se atreve con todo y que ha llevado a este país a un desasosiego interminable con la negociación -política, más que jurídica- que ha sido la redacción de la sentencia del Estatut de Cataluña por parte del Tribunal Constitucional.
Salen ahora los oportunistas de siempre -ERC- diciendo que no acatan la sentencia, ni el Estatut, ni al Rey ni a Manolo el del Bombo. No les importa el 'Catalonia is not Spain', prefieren el clásico 'la pela es la pela'. Y voy y me encuentro en la biblioteca un cómic catalán de los ochenta que lo deja todo claro: 'imprès a Espanya'. Amb dos cuyons (Permítanme que me parta de la risa).