
Sarkozy pone a régimen a Francia
El presidente francés quiere ahorrar 100.000 millones de euros en tres años
Actualizado: GuardarA partir de ahora Nicolas Sarkozy sólo derrochará encanto. Pecó, pero de inmediato hizo propósito de enmienda. Se ha regenerado. Ha purgado sus culpas. No volverá a gastarse 275.000 euros de los fondos públicos en una ducha privada que nunca utilizó. Tampoco repetirá dispendios como los protagonizados para colocar a su primogénito Jean, con sólo estudios de tercero de Derecho, al frente del organismo de administración de uno de los principales barrios de París. Ni siquiera aumentará otra vez en un 60% los gastos para su protección. No. Nada de dilapidar. A partir de ahora todo será ahorrar.
Para ello Sarkozy pone a régimen a su Gobierno. A todos, pero sobre todo a sus ministros. Al contrario que él, poco adictos al ejercicio, se ven abocados a un severo régimen de austeridad. Y es que Francia pretende ahorrar 100.000 millones de euros para 2013 y con ello reducir su déficit presupuestario para cumplir con el objetivo de la UE de limitarse al 3% del PIB. Ganar el Mundial de Sudáfrica hubiera supuesto un 1%, pero los 'bleus' de Domenech no han colaborado.
Por ello hay que buscar otras vías. Y para comenzar, qué mejor que las simbólicas. Las que poco influyen en los presupuestos, pero sí crean tendencias entre los ciudadanos. Es momento de predicar con el ejemplo. El Elíseo liderará la cura de moderación de los galos arrancando con la supresión de más de 7.000 residencias y 10.000 vehículos oficiales. El ferrocarril está ahí y hay que usarlo, hasta en los viajes de Estado. Es obligado fomentarlo para reducir el tren de vida, aconseja el presidente a su primer ministro, François Fillon.
Ejemplo
Sarkozy predicará con el ejemplo. «Por mi parte he decidido renunciar al 'garden party' del 14 de Julio y poner fin a las partidas de caza», anunció a Fillon. Un esfuerzo no muy exigente, según la oposición, porque los gustos del presidente jamás se han encaminado hacia la cinegética, al contrario de muchos altos cargos de la República y de su predecesor, Jacques Chirac.
Asimismo ha ordenado recortar los gastos en vino y en recepciones. Algo que tampoco le provocará ansiedad porque es conocido por no ser aficionado a los caldos y por no alargar demasiado las cenas oficiales. Más le costará a Christian Blanc, secretario de Estado para el Desarrollo de París, renunciar a sus habanos. Ésos en los que el Estado invirtió 12.000 euros con el único ánimo de satisfacer su dependencia de la nicotina.
El conjunto de 'gestos' encabezado por Sarkozy ha sido cuantificado en un ahorro de unos mil millones de euros, una cifra modesta, muy lejana de los objetivos marcados. Para la oposición, los socialistas, se trata de «una cortina de humo» que oculta los verdaderos recortes que pronto se plasmarán, según denuncian, en la congelación del gasto público con la reducción de ayudas a vivienda, empleo y empresas, sin descartar una reforma de la Administración que significará la supresión de 105.000 empleos.