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Las bajas rompen Brasil
Una 'canarinha' de circunstancias abre los cuartos de final preocupada por el poder ofensivo de la Holanda de Robben
PORT ELIZABETH. Actualizado: GuardarCon un once de circunstancias. Así buscará Dunga la fórmula para frenar a Holanda, en el partido que abre los cuartos de este Mundial. El técnico de la 'canarinha' no podrá contar con el lesionado Elano ni tampoco con el volante Ramires, suspendido, mientras que Felipe Melo y el mediocampista Julio Baptista siguen siendo duda.
Pese a las ausencias, para el defensa Juan la clave será la de frenar a Van Bommel, a su juicio el principal artífice de las jugadas de ataque del equipo naranja. Sin embargo, el jugador no contempla dictar una marca especial sobre Robben, ya que tampoco lo hizo frente los principales astros de Costa de Marfil, Drogba, y de Portugal, Cristiano Ronaldo.
«Robben es un grandisísimo jugador, que atraviesa por un gran momento. Hemos visto lo que hizo en la Liga de Campeones de Europa con el Bayern Múnich. Pero Holanda tiene también a otros jugadores peligrosos, y nosotros haremos lo mismo: estaremos atentos a todos, tal como hicimos con Cristiano Ronaldo y Drogba», aseguraba el zaguero de la Roma.
Mientras, el técnico brasileño se deshacía en elogios ante un rival, que como jugador ayudó a eliminar en los campeonatos del Mundo de 1994 y 1998. Para Dunga, el juego de Holanda «parece sudamericano». Y eso, en el Mundial de Sudáfrica es todo un elogio.
Mientras tanto Holanda buscarála revancha de lo sucedido en sus dos de últimos enfrentamientos contra Brasil en la Copa del Mundo, ya que el combinado sudamericano eliminó a los 'oranje' en los cuartos de final de 1994 (3-2) y las semifinales de 1998, en los penaltis.
Para paliar esta poco esperanzadora estadística, el cuadro de Bert van Marwijk apelará al estado de gracia por el que atraviesa Robben, el más destacado de su equipo en el enfrentamiento de octavos frente a Eslovaquia; así como a la línea de zagueros conformada por Van der Wiel, Heitinga, Mathijsen y Van Bronckhorst, quienes tan sólo han recibido dos goles en este Mundial, y en ambas ocasiones de penalti.
Aunque lo cierto es que, al menos en lo extradeportivo, la selección holandesa no pasa por su mejor momento. Y como viene siendo habitual quien ha abierto la caja de los truenos es Robin Van Persie.
La historia se remonta al partido de octavos. Poco antes de finalizar el encuentro, el delantero del Arsenal mostró su enfado público ante las cámaras al ser sustituido por Huntelaar, mientras que aconsejaba a su técnico que quien debía ser retirado del césped era Wesley Sneijder.
Una situación que ha generado una carnicería de egos en el vestuario y que ha obligado a contar con la mediación del propio Van Marwijk. Pero mientras el técnico tulipán aseguraba ayer que el asunto estaba ya «cerrado», el principal implicado -aunque de forma indirecta-, Sneijder, negaba de forma absurda la polémica, al señalar que «Robin me aseguró que no había dicho esas palabras y no tengo ninguna razón para dudar de él». Existiera o no el enfrentamiento, lo cierto es que con un Van Persie que ha perdido su olfato goleador y cuyos misiles se dirigen al interior del vestuario y no al marco contrario los fantasmas del pasado comienzan ya a aflorar en Port Elizabeth.