REFLOTAR
Actualizado: GuardarSi nos empeñamos, entre todos podremos hacer que empeore aún más la triste situación en la que se encuentra el Cádiz. Si, a pesar de la amarga desilusión que hemos experimentado, no ayudamos a reflotar embarcación en la que todos navegamos, el hundimiento puede ser aún más profundo.
Pero, para que todos podamos remar en un mismo sentido, es urgente que de manera inmediata el nuevo timonel dirija el rumbo que, en esta ocasión, ha de ser, desde el comienzo, ascendente. Hemos de tener claro que ya no es suficiente que se redacte un proyecto detallado y un presupuesto equilibrado, sino que, además, es imprescindible que se cumpla con fidelidad un calendario que ya ha debido de ser empezado porque, como dice Mary Poppins, «el empezar bien ahorra trabajo».
Recordemos que, la mayoría de las veces, el origen de los sucesivos fracasos del Cádiz residió en la nula atención prestada al irreversible paso del tiempo y, en consecuencia, a la escasa previsión y a la deficiente preparación de las temporadas.
Como acertadamente afirmó Suárez, en el momento en el que, al finalizar el partido contra el Numancia, se produjo el descenso, «la pretemporada debió de empezar ayer». Lo peor de este nuevo descalabro sería, a mi juicio, seguir sin aprender de los errores y no extraer las lecciones que los han hecho posibles. Estoy convencido de que es precisamente en este tiempo de espera cuando se juega el partido más decisivo. El acierto en la culminación de estas gestiones preparatorias determinará, no sólo la eficacia de los trabajos técnicos -físicos, estratégicos y psicológicos- que los miembros de la plantilla de profesionales desarrollarán durante la dura y compleja temporada, sino también las reacciones de una afición que, cansada de demagógicas promesas, exige responsabilidad, seriedad, generosidad y disciplina.