Economia

La vida es desde hoy un 2% más cara

Las empresas se debaten entre aplicar o no el incremento, mientras crece el temor a que el consumo baje y la economía no despegue El Gobierno afirma que el incremento del IVA al 18% tendrá una repercusión «mínima»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Hoy la vida es un poco más cara. El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) ha pasado del 16% al 18% en su tramo general y del 7% al 8% en su segmento reducido. El tipo superreducido (alimentos, prensa y otros productos básicos) se mantiene en el 4%. La consecuencia es que el consumo de bienes y servicios es más gravoso para el común de los mortales. Para compensar el disgusto, también comienzan las rebajas en la mayoría de país, que este año llegan con descuentos iniciales de hasta el 70%.

Los grandes pagadores del incremento del IVA serán las clases medias consumidoras finales. En concreto, aquellos que ganen menos de 30.000 euros al año, según apuntan los técnicos del Ministerio de Hacienda. Con la demanda interna aún débil, el repunte deja en el filo de la navaja a muchos empresarios, que se debaten entre aplicar o no la subida ante el miedo a perder ventas o clientes.

La razón del repunte hay que buscarla en la necesidad del Gobierno de combatir el déficit público. Un camino que ha llevado al Ejecutivo a elevar un impuesto que, sin embargo, queda aún por debajo de la media europea. Todo con el objetivo de recaudar algo más de 5.000 millones de euros adicionales cada año desde 2011. La cosa no terminará aquí, ya que distintas voces del Ejecutivo han advertido que en septiembre, y dentro de la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado, podrían plantearse nuevas subidas de impuestos o, incluso, la creación de nuevos tributos.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad: «La subida del IVA a tener muy poca repercusión en el bolsillo de los ciudadanos». Así lo afirmó la número dos de José Luis Rodríguez Zapatero en declaraciones a Telecinco, al tiempo que recordó que la medida se justifica también en la necesidad de obtener más ingresos «con los que seguir manteniendo las prestaciones sociales».

Estado del Bienestar

«Los impuestos son el instrumento que tienen los Gobiernos y la sociedad para hacer frente a las situaciones de necesidad que se plantean; cuando ha habido una situación de superávit se han bajado las cosas y ahora hay que adoptar determinadas decisiones para seguir garantizando el Estado de Bienestar», añadió De la Vega.

La vicepresidenta primera expresó su confianza en que un IVA más caro no retraiga el consumo, uno de los peligros sobre el que los expertos han advertido cuando se ha planteado la subida. Y es que un impacto en el consumo, quizá con un alto componente más psicológico, lastraría la incipiente recuperación económica. El momento no es bueno. No en vano, ayer el Banco de España alertaba en su boletín económico de junio de que los indicadores del consumo privado muestran en abril y mayo un comportamiento «algo más débil» que el promedio del primer trimestre.

Sea como fuere, la subida del IVA ha puesto en un brete al comercio, que no atraviesa precisamente su mejor momento. Esta semana se ha sabido que el comercio minorista sigue perdiendo ventas y empleo. Algunas empresas ya se han comprometido a no repercutir el incremento, sobre todo en el sector de la gran distribución. El último aviso de ayuda a los consumidores llegó de la Asociación Empresarial del Comercio Textil y complementos (Acotex), cuyos miembros no aplicarán a corto plazo el incremento. De nuevo entra en juego la psicología pues como explica Borja Oria, presidente de la organización, «si el precio de una prenda es 29,9 no tiene sentido marcarla ahora a 30,41».

Juego del redondeo

Ese gesto de reetiquetar toda la mercancía puede ayudar a frenar la repercusión de la subida, pues en algunos sectores conlleva un gasto muy elevado que no lo haría rentable. La otra cara de la moneda es el juego del redondeo, que, en un país tan apegado a la picaresca, puede dar margen a algunos para subir los precios por encima de ese 2% en que crece el IVA.

Las organizaciones de consumidores han criticado el gesto del Gobierno. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estima que el incremento supondrá un sobrecoste de 290 euros de media a las familias. Mientras tanto, crecen los malos augurios sobre el empleo, como el lanzado por la Federación de bebidas espirituosas (FEBE), que aseguró que el cambio supondrá un recorte adicional de 22.400 puestos de trabajo en el sector y una caída de las ventas cercana al 10%.

De otra parte, algunas organizaciones de autónomos han alertado de la posibilidad de que el salto del 16% al 18% en el tipo impositivo general pueda propiciar un repunte notable de la economía sumergida. Regresa así la picaresca revestida de la habitual frase de «lo quiere usted con IVA o sin IVA».