PARA UN PÚBLICO EXIGENTE
Actualizado: GuardarCon las alforjas más ligeras que de costumbre -no lo olvide, es un 5%- hay que atravesar el verano sorteando toda clase de actividades que se supone vienen a paliar el ocio que implica estar de vacaciones. Y como desde que hemos dejado de ser clase media y ya no vamos de vacaciones, sino que son las vacaciones las que vienen a nosotros, nos hemos especializado en el arte de aparentar, aparentamos -y cómo- que necesitamos una programación estival repleta de exposiciones, macroconciertos, superconciertos, conciertos a secas, -este año no se pierdan un ciclo dedicado a los hombres que inaugura Arturo Pareja Obregón, por Dios- cine en familia, actividades en la playa, puestas de sol teledirigidas, noches en blanco, carnaval a destiempo, flamenco en las fuentes. total, un programa que, en la teoría, supera todas las expectativas y deja agotado a cualquiera, pero que en la práctica no es más que otra vez lo mismo de otros años, con un cinco por ciento menos, no lo olvide.
Por eso conviene ser un poco selectivo, y no tirarse como un loco a lo primero que encuentre. Tenga en cuenta que son sólo treinta días de los que dispone para maltratar su ocio, así que dosifíquese. Piense en aquello que realmente le apetece y búsquelo en la oferta de la ciudad, seguro que algo encuentra. Jazz, blues, teatro, cine, alguna conferencia -ya estará usted aburrido para asistir- música étnica, misa en latín. ¿misa en latín? Vaya por Dios, es lo único que no tenemos, que a los de Una Voce Cádiz no les ha quedado ni eso, ni una voz y las han retirado del cartel. Con la que dieron hace seis meses. ¡Qué público tan exigente!