Cristiano Ronaldo ha defraudado en el Mundial. :: AFP
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El tomate caduco de Ronaldo

El capitán portugués volvió a resultar intranscendente en una gran cita

CIUDAD DEL CABO. Actualizado: Guardar
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«Los goles son como el ketchup, una vez que aparecen, llegan todos juntos». La frase, una versión prosaica de destapar el tarro de las esencias, es una reflexión sudafricana de Cristiano Ronaldo. Contra la 'Roja', la salsa del chef portugués fue incolora e insípida, a tono con su Mundial. No hubo tomate, el frasco siguió taponado y el contenido caduco.

El capitán luso fue incapaz de doblar el cabo de Buena Esperanza al timón de la nave de Carlos Queiroz y emular las hazañas de sus gloriosos ancestros. El navegante de aguas dulces vuelve a puerto con las velas plegadas y en la bodega un único tanto, un gol de chiste en autopase involuntario con la chepa, a Corea del Norte, el peor conjunto del torneo.

CR7, la versión internacional de CR9, resulta igual de intranscendente en las grandes citas que en las lizas de clubes. La ansiedad, el exceso de responsabilidad y la competitividad personalista agarrotan las piernas mágicas en los eventos cotidianos de uno de los grandes cracks del panorama planetario. Contra la 'Roja' ni siquiera le cupo la disculpa de actuar en contradicción con sus apetencias.

Esta vez Queiroz hizo caso a sus insistentes quejas y lo desplazó del eje de ataque donde había proclamado que no le gusta jugar. El astro portugués olvidaba de manera deliberada que en su época en el Manchester United sir Alex Ferguson lo utilizaba en punta en las grandes ocasiones.

«Cristiano debe estar en función del grupo y si tiene que jugar de portero lo hará», pregonó el técnico de la 'selecçao' tras la igualada sin goles con Brasil. Una declaración de intenciones convertida en papel mojado bajo la lluvia de Ciudad del Cabo.

Sobre el empapado césped del estadio Green Point recuperó su demarcación predilecta en la banda. Además obtuvo el acompañamiento de Hugo Almeida por el centro y de Simao, en las contadas ocasiones en que su equipo gozaba de la posesión, para acabar con su soledad en los aledaños del área rival, otra de sus reivindicaciones.

Ronaldo actuó por libre sin que los zagueros españoles le dieran oportunidad de girarse al recibir ni encarar. El sentido de la anticipación de Ramos, Puyol y Piqué resultó fundamental para neutralizar las arrancadas, aceleraciones y cambios de ritmo, facetas en las que el caudillo lusitano resulta letal.

Se encargó de sacar los tiros libres con su estilo pistolero cuando puso en apuros a su compañero de soldada madridista Iker Casillas. También estuvo atento a aprovechar los saques largos, con el pie o con la mano, de Eduardo a su intención. Buscó provocar faltas, tiró de repertorio teatral, se despreocupó de taponar las incursiones de los aleros españoles y dilapidó su total libertad de movimientos. Demasiado poco rendimiento para la estrella fugaz que había anunciado su intención de reventar el Mundial.

Con su capitán por estribor y babor de la proa, la tripulación lusa jugó agazapada a la espera de sorprender a la contra con un juego directo, vertical y rápido en cuanto robaban el balón. Pepe repitió la función de medio cierre desarrollada contra Brasil, por delante del tándem Carvallo-Alves, secundado por Tiago y Meirelles en la labor de destejer la madeja del centrocampismo rojo y cerrar el pase interior.

En la fase de contención, Queiroz cerró su fortaleza con un 4-1-3-2 que llegaba a transformarse en un 5-4-1 en las secuencias de mayor agobio. El dispositivo fue planteado con la vocación de buscar la transición rápida al recuperar el balón para culminar la jugada bien en disparos desde la media distancia, a cargo de Tiago, o centros de Coentrao, Simao y Meirelles desde los flancos en dirección a la cabeza de Hugo Almeida.

El esquema de Queiroz, inspirado en la trama patentada por su compatriota José Mourihno para desactivar al Barça, se fue al garete cuando se topó en Llorente con un ariete a la antigua usanza. Entonces, cuando la fruta estaba madura, se evidenció que el tomate de Ronaldo hacía tiempo que estaba caducado.