MUNDO

Afganistán establece un nuevo récord de bajas entre las fuerzas internacionales

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La comunidad internacional esperaba mucho de este 2010 en Afganistán, pero los resultados dan la espalda a las expectativas generadas por los cambios introducidos por la Administración de Barack Obama. 99 soldados de la OTAN han perdido la vida en el presente mes, que se ha convertido en el más sangriento para las fuerzas internacionales desde la caída del régimen talibán. El número de bajas de los aliados se sitúa en 319 -frente a las 520 de todo el ejercicio pasado-, tras los cuatro noruegos y el soldado británico fallecidos el fin de semana. Los mandos explican este aumento por la expansión de la seguridad a zonas donde antes nunca se había llegado y donde la resistencia es fuerte. Los insurgentes han perfeccionado su manejo de los artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés) y su uso se ha disparado en estos primeros meses del año como respuesta a las fuertes ofensivas en Helmand y Kandahar.

Mientras que la estadística de las fuerzas internacionales es clara, la que se refiere a las muertes de civiles resulta mucho más confusa. El lunes otros ocho fallecieron cuando la furgoneta en la que viajaban pisó un IED en una carretera de la provincia de Ghazni, al sur de Kabul. Son más de cuatrocientos los muertos y un millar los heridos en los últimos seis meses, la mayoría en acciones de la insurgencia.

Violencia y diálogo

La violencia aumenta en un momento en el que la OTAN se encuentra en plena transición tras la destitución del general Stanley McChrystal por sus críticas a destacadas personalidades americanas en la revista 'Rolling Stone'. A la espera de su relevo por David Petraeus, el Gobierno de Hamid Karzai parece haberse lanzado a las negociaciones directas con los talibanes. Según informa la cadena qatarí Al- Yasira, el dirigente pastún se habría reunido en persona con Sirajuddin Haqqani gracias a la mediación de Islamabad. Desde Washington, aunque defienden el diálogo como salida al conflicto, dudan de que un grupo extremista y con vínculos con Al-Qaida vaya a renunciar a la violencia. «No tenemos prueba alguna de que quieran dejar las armas para iniciar una completa reconciliación. Deberían estar dispuestos a renunciar para convertirse en una parte más de la sociedad», declaró el director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), Leon Panetta, a la cadena estadounidense ABC. El propio Panetta confesó que las cosas no van como se esperaba.