¿Por qué no te callas?

España pierde en su estreno en Sudáfrica. De ganar el Mundial pasamos a la cura de humildad y del tiki taka pasamos a la falta de profundidad y necesidad de mayor presencia en el área. El oportunismo y la necesidad de vender el muñeco, ya sea alabándole o atizándole, da vía libre a cierto sector de la prensa para explayarse largo y tendido acerca del rendimiento de la roja (¡ay, eso sí que es una crisis de verdad!) Y, como éramos pocos...parió Luis Aragonés, que pasó de tenerle alergia a los micrófonos y bramar a las cámaras cada vez que se le acercaban al más puro estilo Pepe Sancho a largar más que un papagayo...y siempre con un mensaje 'Van Gaalista' a cuesta. Ya saben: siempre negativfo, nunca positivfo.

El bueno de 'Zapatones' se puso las babuchas de andar por casa y empezó a opinar abiertamente de todas las carencias de la selección como si fuera el secretario técnico rival. Críticas al doble pivote, inquietud en torno al rendimiento del equipo pese a la victoria ante Honduras y palos pese a la clasificación para octavos de final, ya que, desde su humilde y objetivo punto de visto, sin un ápice de rencor hacer Vicente del Bosque y la Federación, España no ha estado a la altura.

La última ha sido la mejor de todas. No tiene otra cosa mejor el señor Aragonés que días antes de enfrentarse a Portugal, decirle claramente a los portugueses las claves para meterle mano a esos mismos chicos a los que él se encargo de dirigir durante tantos años. Claro que sí. Ya se sabe que es de bien nacido ser agradecido y ésta es su particular forma de agradecerle a esos jugadores la defensa a ultranza que siempre han tenido hacia su persona, a las duras y a las maduras. Claro que sí, señor Aragonés. Portugal tiene muchas opciones de ganarle a España si le quita la pelota. Ahora sólo falta que se la quiten. Lo mismo tendría usted ganas de sentarse junto a Queiroz y echarle una manita, pero me da a mí que su romance con los banquillos se ha terminado. Así que porque no le haces caso al rey y te aplicas el ¿por qué no te callas?