Minutos antes de entrar, repasaban en los pasillos con la esperanza de que la suerte les sonriera. :: FRANCIS JIMÉNEZ
PUERTO REAL

Mucho más que hincar los codos

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En toda Andalucía se presentaron más de 34.800 personas para conseguir una plaza de profesor. Y no será nada fácil, ya que para toda la región sólo han salido 3.141 plazas en Secundaria mientras que otras 968 se repartieron entre ciclos profesionales, música, artes escénicas e idiomas. Lo que está claro es que si no se intenta no se consigue y con esta esperanza ayer acudieron al campus universitario de Puerto Real hasta 4.000 docentes gaditanos y de otras provincia, sin conocer aún el número de plazas definitivas a las que podrán optar, pues el reparto depende precisamente de los que se han presentado en cada provincia.

Pero, aún hay más factores que se deben sumar. Ésta será una de las últimas convocatorias en las que se premiará más el tiempo de servicio que la nota de la prueba. Aunque el modelo cambiará, todavía toca cruzar los dedos para aquellos que se presentan la primera vez. Porque a pesar de contar con las mejores notas es muy posible que se escape la plaza.

A la caza de talismanes

Por todo ello, además de haber hincado los codos es necesario tener una ayuda extra «porque resulta imposible estudiarse más de 60 temas». Amuletos, talismanes y supersticiones acompañaron ayer a los opositores. La suerte sonrió más a unos que otros pero la mayoría la buscaron. Además contaron con la ayuda de amigos y familiares que realizaron su particular ofrenda a los santos para que todo saliera bien.

«Todo lo que me han dicho que da suerte lo he hecho por si acaso. Llevo agua bendita en un frasco, hojitas de laurel, estampitas e incluso me he puesto las bragas al revés porque me lo han comentado y más vale prevenir que lamentar», aseguró a la salida de su examen Loles Blanco que está licenciada en Biología y es la segunda vez que se presenta a unas oposiciones. Del examen al menos, salió contenta.

Para ver las preguntas que tocan, los miembros del tribunal sacan cinco bolas de un bombo. Cada una representa un tema de los 75 que conforman el temario. «No se puede estudiar todo el temario porque hay que buscar nota», por ello el azar juega un papel importante.

Para atraer la buena suerte todo vale y sólo con ver las caras con las que los docentes salen de la clase ya se sabe cómo les ha ido. En el caso de Almudena Torti, otra bióloga, era evidente que no imaginaba que le fuera tan bien. Nada más salir del aula corrió por los pasillos para saltar a los brazos de su novio y plantarle un gran beso de alegría. El motivo, que de los 20 temas que había preparado a conciencia, habían salido tres bolas y sobre todo porque entre ellas estaba el tema que tanto había rezado como pregunta.

«Llevaba tiempo diciéndole a todo el mundo que por favor pidiera por el tema cuatro. Era el que mejor me sabía y finalmente ha salido. Cuando lo vi ni lo creía, se ve que los que me quieren lo han deseado con fuerzas».

¿Cuál ha sido su secreto? Muy sencillo. Almudena tiene una costumbre que repite cada vez que realiza un examen y se trata de «estrenar una prenda». Además, desde hace tiempo guarda en el bolsillo un pétalo de una rosa que le regaló su pareja. «La llevo bien guardada en un papel doblado y la verdad que es que me ha venido muy bien».

A unos pasos de ella respiraba tranquilo Rubén Angeriz, el novio de Almudena. Él representaba la angustia del otro colectivo afectado por las oposiciones: Los familiares. «Lo único que uno quiere es verla contenta y me alegro por ella. Han sido unos meses complicados en los que tienes que saber ser paciente para darle tranquilidad y seguridad, sobre todo cuando los nervios comienzan a florecer».

De la primera a la quinta vez

Y es que, precisamente de nervios iba la cosa. Lo curioso es que en este caso, la experiencia no es un grado. Los nervios del principio suele ser proporcional a las veces que se presentan. «Ayer estaba más nerviosa pero me encuentro más relajada. Todo es psicología supongo y cuando pienso que es la primera vez no me da tanto miedo». Las palabras de Natalia Álvarez, de Educación Física contrastan con las de Emilio Cano de Física: «Al ser la segunda vez esperas que te salga mejor para no entrar en un túnel que dure años y sientes más presión». Aunque cuando se va por la quinta vez la perspectiva cambia. «No creo en supersticiones ni amuletos. Cuando vas por la quinta vez confías en ti y sabes que hay una parte que no puedes controlar», comentó a su salida el licenciado en Historia Carlos Conesa.