La toga más polifacética de la ciudad

En su despacho, ubicado en pleno centro de Jerez, en la calle Caballeros, guarda secretos profesionales y otros más mundanos. Una puertecilla trasera da paso a una bodeguita, donde se relaja con amigos y la familia siempre que puede y en cuyas paredes cuelgan carteles que revelan su pasión por la fiesta nacional y por la Virgen del Traspaso. Hace 35 años que no falta a su cita como cargador de este palio en la Madrugá de la Semana Santa jerezana, «y seguiré yendo mientras el cuerpo me lo permita, aunque los jóvenes vienen apretando fuerte». En cuanto a los toros, abundan las fotos de Rafael de Paula y Curro Romero, síntoma inequívoco de los gustos de este buen aficionado que llegó a las plazas de la mano de su padre. «A él le gustaba mucho El Viti, y siempre que toreaba cerca íbamos a verlo». Gamero, incluso, estuvo a punto de apoderar en su día a alguna de las jóvenes promesas del toreo: «Me propusieron llevar a un torero que estaba despuntando y que ha llegado a ser figura, pero es un mundo muy cerrado, que recela del que viene de fuera». Pero este abogado, uno de los más prestigiosos en la actualidad en nuestra provincia, es un hombre inquieto, por lo que ha tenido oportunidad de tocar otros palos, como el del fútbol. En la temporada del ascenso a Primera División fue vicepresidente del Xerez, pero lo que pocos saben es que mucho antes ya se había pateado los pasillos del deporte rey como representante de futbolistas. «Yo pertenecí durante cinco años al Comité Jurisdiccional de la Liga Nacional de Fútbol Sala, y a partir de ahí pasé al fútbol y lo conocí más en profundidad». De su experiencia asegura que este deporte convertido en negocio tiene muchos altibajos y, aunque proporciona grandes satisfacciones también te hace vivir momentos muy ingratos. Cuando le pregunto si se arrepiente de su paso por el Xerez, es categórico: «Jamás, pero por la forma en la que se trabajaba en el club, no pude disfrutar de esa etapa como había imaginado».

¿Y la política? Otra de las páginas del currículum de Gamero se refiere a su paso por UCD y el CDS. Admira a Adolfo Suárez, al que considera como el mejor político que ha tenido España en los últimos 200 años, y conserva como un tesoro una papeleta de las elecciones autonómicas de 1994 en la que aparece en el quinto puesto de la lista del CDS por la provincia. Después de aquello ha tenido más ofertas para continuar en política, «pero como buen cristiano, las tentaciones las dejo para otros». Acaba de celebrar los 25 años desde que se licenció en la Facultad de Derecho y hoy día su profesión le ocupa la mayor parte de la jornada. No obstante, tiene tiempo para sus aficiones e, incluso, para la práctica de algún deporte, aunque no conlleve mucho ejercicio. «He jugado al tenis, pero lo dejé por una lesión en el codo, y ahora me gusta el billar, que también es un deporte, ¿no?». Pero confiesa que no le da demasiado bien al taco todavía y que tiene problemas para encontrar compañeros de juego por sus imprecisiones. También suele robarle horas al día para leer y habla con pasión de autores como Maristany, Muñoz Molina, Saramago o Almudena Grandes. Está a punto de cumplir 50 años y lo celebrará con un crucero por el Báltico con unos amigos y su mujer, Alicia, «una mujer exquisita y extraordinaria».