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El G-20 arranca entre protestas y con los líderes mundiales divididos
Los países avanzados y los emergentes estudian medidas para recortar sus déficits a la mitad en 2013
TORONTO. Actualizado: GuardarLa cuarta cumbre del G-20 arrancó ayer en Toronto (Canadá) entre las protestas de miles de activistas de izquierda, que reclaman mayores esfuerzos contra la pobreza, y con los líderes mundiales divididos entre los partidarios de mantener los planes de estímulo para potenciar el crecimiento económico y los que defienden la aplicación de programas de austeridad para recortar sus déficit. En el borrador de declaración final, los dirigentes de los países avanzados y emergentes exhortan a reducir sus agujeros fiscales a la mitad en 2013.
La división entre partidarios del crecimiento y defensores de los programas de consolidación se resume en la práctica en un choque entre las posturas de Estados Unidos y la Unión Europea. Washington, preocupado por que la recuperación no pierda fuelle, defiende a ultranza los programas de estímulo para los próximos dos o tres años, y aboga por atacar después el desfase fiscal. Europa, con Alemania a la cabeza, se ha erigido en la gran valedora de los programas de austeridad.
Esas diferencias de criterio ya quedaron claras en vísperas de la reunión en sendas cartas de Barack Obama y los presidentes del Consejo y de la Comisión Europea, Herman Van Rompuy y José Manuel Durao Barroso.
El último borrador de comunicado final del G-20 exhorta a los gobiernos a reducir sus déficit a la mitad en 2013 y a estabilizar en 2016 sus niveles de deuda en proporción al PIB. «Por un lado, precisamos cumplir los planes de estímulo, pero al mismo tiempo acontecimientos recientes subrayan la importancia de unas finanzas públicas sostenibles», reza la declaración.
Se trata de objetivos ambiciosos, pero bastante menos de los que España se ha marcado por su cuenta: rebajar el abultado desfase entre ingresos y gastos públicos desde el 11,2% de 2009 hasta el 9,3% en 2010, el 6% en 2011, el 4,4% en 2012 y el 3% -techo que marca el pacto europeo de estabilidad- en 2013. Es decir, que para 2013 el déficit español debería ser la cuarta parte del registrado el año pasado, según los planes del propio Ejecutivo.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechará su participación en los debates para poner en valor su plan de recortes, que incluye rebajas de sueldos públicos, congelación de pensiones, supresión de algunos derechos sociales y abaratamiento del despido.
El G-20 considera necesario que todos los países impulsen planes creíbles y estructurados en el tiempo, adaptados a las circunstancias de cada uno, para conjugar crecimiento y sostenibilidad fiscal. El primer ministro canadiense y anfitrión de la cita, Stephen Harper, subrayó la importancia de los programas de austeridad. «Mi impresión es que hay un fuerte consenso a medio plazo (en el G-20) sobre la necesidad planes de consolidación fiscal en los países avanzados», aseguró el mandatario.
En otro orden de cosas, el foro estudia pronunciarse a favor de la decisión del Gobierno chino de flexibilizar la cotización de su moneda nacional, el yuan. «Acogemos favorablemente los esfuerzos de China para impulsar su demanda interna y reformar el régimen del tipo de cambio del yuan», señala el borrador. Pekín anunció la semana pasada una flexibilización de la cotización, que Estados Unidos le exige. China ha sido acusada de forzar una cotización demasiado baja para favorecer sus exportaciones.
En la calle, miles de manifestantes indignados por los más de 1.000 millones de dólares que el Gobierno de Canadá ha gastado en organizar esta cumbre y la del G-8, se citaron ayer a mediodía en Queen's Park para celebrar la mayor protesta contra la presencia de los dignatarios: una gran manifestación -querían reunir a 10.000 personas- cuyo objetivo era llegar a la valla que rodea el centro de convenciones donde se reúnen los jefes de Estado y de gobierno del G-20. El día anterior, cientos de policías con material antidisturbios ya tuvieron que contener a casi 2.000 manifestantes en su avance hasta el perímetro de seguridad. Hubo tensión y varios arrestos. Ayer la asistencia a la convocatoria fue masiva, pese a la abundante lluvia que cayó durante todo el día sobre Toronto. La marcha comenzó de forma pacífica pero acabó con duros enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, con el incendio de dos coches patrulla y la rotura de escaparates y mobiliario urbano.