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Los delanteros se imponen a las defensas en infantiles
Ángel Torres y Cristian Delgado, con dos goles cada uno, marcaron la diferencia para los locales
CÁDIZ. Actualizado: GuardarPartido de ida y vuelta el que protagonizaron los infantiles de Cádiz y la Bahía. Ambos conjuntos se fueron turnando en el dominio del balón, sus jugadores demostraron la calidad que atesoran y los porteros no decepcionaron y se explayaron con paradas de mucho mérito.
Los primeros en golpear fueron los locales cuando no se llevaban ni diez minutos de juego, el delantero del Raúl Navas, Ángel Torres, -elegido como mejor jugador del encuentro- lanzó desde fuera del área ajustando el esférico al palo derecho de Alfonso.
Necesitaban un revulsivo los de la Bahía y éste se encontraba en el banquillo. Tome salió al campo y revolucionó a su equipo. El portuense se movía muy a gusto en el centro del campo y logró el empate para los visitantes con un tanto muy parecido al de su rival.
La Bahía se hacía con las riendas del partido, dominaba la posesión del balón y eso que los gaditanos tenían un equipo con posibilidades y a los que le gusta tratar bien el esférico. En estos minutos de dominio visitante llegó el segundo tanto. Desde atrás fueron tocando la pelota hasta que esta le llegó a Álvaro Belizón, que estaba solo y no falló. Sin embargo, antes del descanso, de nuevo Ángel Torres puso a la selección de Cádiz por delante, aprovechando una buena asistencia de Adri.
Tras la reanudación se vivieron momentos de auténtica locura, con goles para ambos contendientes. Hasta en dos ocasiones marcaron los de la capital y empataron un minuto después los de la Bahía, hasta dejar el marcador, a los doce minutos de esta segunda parte, en cuatro a cuatro.
Ahí hubo un respiro, aunque fue bastante pequeño ya que Cristian Delgado en el 15 y otra vez Ángel Torres con la colaboración de un defensa cuatro minutos después terminó de romper el choque a favor de los locales.
Aún así, los visitantes no tiraron la toalla y lo intentaron en los diez minutos que quedaban de partido. Fue entonces cuando se notó el mejor tono físico de los chicos de Ángel Higuera, que comenzaron a tocar la pelota, con Oscar en el centro del campo como un Mariscal y las incorporaciones de Poti y Manuel por las bandas.