HAY PISTAS DEL PRÓFUGO
Actualizado: GuardarHacienda, que somos todos, pero algunos mucho más que otros, ha puesto cerco a los titulares de dinero negro en Suiza. Sólo hay una colección más difícil que la de mendrugos de las ciudades sitiadas, pero tampoco es fácil reunir a los potentados que evaden su capital para que se perpetúen los pobres. Más de 2.500 patriotas han guarecido sus fortunas en Suiza, que además de ganarnos el primer partido del Mundial, está ganando mucho dinero. ¿Cómo hemos descubierto la pista de esos precavidos y miserables compatriotas? La Agencia Tributaria no ha podido desplegar a tantos Cobradores del Frac y hay más paraísos fiscales que serpientes. ¿Dónde se han llevado el dinero de España los que le vieron tomar las de Villa Diego, antes de que se formara la de San Quintín? Gente lista, sin duda, pero la inteligencia es una sustancia misteriosa que escasea tanto como el oro en los caudales de los ríos. No puede haber 2.500 españoles agraciados con ese don. Más bien parece que los evasores de capital son gentes repulsivas.
Aquí no se divisa un euro pero no es porque no haya, sino porque se ha ido a vivir lejos. El dinero se ha refugiado en sus cuarteles de invierno, que pueden estar en las Bahamas, en las islas Cook, en Panamá o en cualquier otro sitio distante donde vive la madre que lo parió. Se ausentó sin dejar señas, pero Hacienda tiene pistas.
Si le convencieran de que le iban a tratar bien a su regreso, quizá se animaría a volver, pero no se fía un pelo. Lo más extraño es que haya más de 2.500 fortunas escondidas en Suiza, esperando la hora propicia para que canten los relojes de cuco. Han escondido casi 10.000 millones de euros los respetables granujas, pero el prófugo ha dejado huellas. Si se le hiciera un monumento al dinero sería como el del hombre invisible: bastaría con erigir el pedestal. La estatua, en bronce o en estiércol, sería lo de menos.