Gattuso protesta una decisión del colegiado Howard Webb. :: EFE
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Italia se vuelve por mísera

Únicamente cuando agonizaban, la entrada en el campo de Pirlo y el orgullo 'azzurro' estuvieron a punto de obrar otro milagro La derrota ante la debutante Eslovaquia deja fuera del Mundial a la campeona

JOHANNESBURGO. Actualizado: Guardar
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Italia se merece irse a casa sin ganar un solo partido por rácana, por asomar la cabeza sólo cuando agoniza, por sacar su instinto de supervivencia al darle por muerta, por apostar por sus mejores jugadores al verse en el abismo. Resulta que se la jugaba contra Eslovaquia, una selección de medio pelo que presume de ser la única debutante en Sudáfrica, y la gran apuesta de Lippi fue Gatusso. ¡Porca miseria! El veterano medio del Milan sirve para presionar, para morder, para parar los partidos, meterse en todos los líos y acaparar pantalla, pero no para dar fluidez a un bloque plano, viejo, sin fútbol y sin ideas.

Fin de ciclo. Siempre tendrá alma y orgullo, como mostró en ese final épico, pero es la Italia más mediocre que se recuerda. Hasta en defensa ha sido una caricatura de la selección campeona cuatro años atrás. Ha encajado tres de los cinco goles en este Mundial tras acciones a balón parado, y el que le apuntilló después de un saque de banda. Inimaginable en el país del 'catenaccio', acostumbrado a tener la suerte o el acierto de los campeones como aliados. Pudo obrar el milagro, ya a la desesperada, pero esta vez salió cruz. Pepe falló la ocasión en el 95 y al árbitro no se equivocó a su favor. Le anularon dos goles por fuera de juego y hubo uno fantasma que igual ni el mismo Skrtel no sabe si despejó dentro o fuera.

La presencia en el once del 'pescadero' -tiempo atrás cumplió su sueño de abrir una pescadería en las afueras de Milán- representa lo que es esta selección desgastada, sin fuste, sin jugadores diferentes como fueron Totti o Del Piero. Gatusso cargó con alguna amarilla al adversario, protestó al árbitro, abrió una brecha en la rodilla de Srba pero nada más. Eso sí, se abrazó fuerte a sus compañeros cuando sonaba el himno y exigió garra, orgullo y amor propio, sus constantes vitales. 45 minutos tirados por la borda. El Mundial a la basura.

Lippi prefirió apostar por la vieja guardia para mantener la cohesión del grupo y su país lo ha pagado con un fracaso histórico. Cannavaro, Zambrota o el propio Gatusso, ya están de vuelta. No acreditaron una temporada como para estar en Sudáfrica.

Ir de farol

Sólo cuando vio la puerta de salida abierta de par en par, Lippi movió ficha. ¡Vaya si lo hizo! Tiró de la gente del Nápoles. Italia se había dedicado a esperar a Eslovaquia toda la primera parte, sabedora de que tenía que atacar y quizá dejaría huecos, pero en la segunda ya no tenía más remedio que tomar la iniciativa si quería resistir. Maggio, un lateral de largo recorrido, y Quagliarella, arrancaron tras el descanso. Y pronto salió Pirlo. Tiene ya 31 años y viene de una lesión, pero es lógico que la grada 'azzurra' se pusiera como loca con su ingreso al campo. Es el único que no está peleado con el balón, que lo busca y lo mima. Entró él y cambió Italia. El partido se descosió y se pudo disfrutar de un apasionante ida y vuelta que por poco no termina con un nuevo milagro. Esta vez no pudo ser.