Edith Shain, protagonista de la fotografía titulada 'El Beso'. :: EFE
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Y el beso subió a los cielos...

Fallece a los 91 años Edith Shain, la enfermera que simbolizó el fin de la Segunda Guerra Mundial

MADRID. Actualizado: Guardar
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No eran novios. El marinero la vio, la enganchó de la cintura y no se pudo reprimir. Ella se dejó hacer. Los dos estaban arrebatadamente eufóricos, pero por circunstancias ajenas al amor: acababa de terminar la Segunda Guerra Mundial. La mujer se llamaba Edith Shain y ha fallecido a los 91 años. La instantánea, en blanco y negro, fue 'robada' el 14 de agosto de 1945 por el fotógrafo Alfred Eisenstaedt en la neoyorkina calle de Times Square.

La revista 'Life' la publicó en portada y se convirtió en un icono del final de la contienda. «Sentí que un muchacho me agarraba con fuerza y cerré los ojos. Le dejé que me besara porque había luchado por su país, por todos nosotros, y me sentí feliz; después se marchó, continuó celebrándolo y no le volví a ver», contaba Shain cada vez que le preguntaban por aquella historia.

La imagen fue reproducida en pósters y en toda clase de 'merchandising'. Todavía hoy numerosas parejas se reúnen cada 14 de agosto para rememorar aquel espontáneo y apasionado beso. La gente pensaba que eran novios, pero no; no lo eran. La verdad se supo en los años setenta, cuando la propia Edith Shain escribió al fotógrafo para decirle que ella era la protagonista. Fue entonces cuando se supo que el apuesto marinero -nunca se ha sabido su nombre- pasaba casualmente por allí. Los dos coincidieron en el momento justo y en el lugar adecuado. Su hijo, Justin Decker, dijo en un comunicado que su madre «siempre estuvo preocupada por los veteranos de la Segunda Guerra Mundial».

¿Y quién es él?

Edith Shain tenía entonces 27 años. Aquel 14 de agosto -conocido como V-J Day ('Victor over Japon Day')- Japón alzó la bandera blanca y se rindió a las tropas aliadas. Millones de estadounidenses salieron a las calles y lo celebraron alborozados.

Tras revelar su identidad, Shain participó en numerosos acontecimientos y desfiles relacionados con tan señalada fecha. De él nunca más se supo. Más de veinte ex combatientes, a lo largo del tiempo, aseguraron ser ellos, pero ninguno logró demostrarlo.

Este beso compite con otro, también famosísimo, el que captó el fotógrafo Robert Doisneau en 1950. En la imagen se ve a una pareja besándose intensamente en una calle de París. Doisneau logró vender París como ciudad del amor, pero el mito se derrumbó cuando el propio fotógrafo reconoció que la pareja había posado. Francois Bornet y Jaques Corteaud, protagonistas de la escena, eran novios y estudiantes de teatro. Cuando Doisneau les vio besarse en un café les pidió que salieran a la calle y repitieran la escena. Disparó muchos 'click' y, en el momento de revelar los negativos, eligió el mejor. La fotografía se publicó en la revista 'American Life'. A diferencia de Doisneau, Alfred Eisenstaedt disparó una sola vez. El resultado: dos besos distintos y ninguno verdadero. Al menos, ninguno es lo que parece.