ESPAÑA

Zapatero coge oxígeno

Admite ahora que el déficit causado por sus políticas sociales era una «bomba de relojería insostenible» Saca pecho de la presidencia de la UE tras los avales internacionales a sus reformas

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La oposición, casi al completo, suspendió ayer la gestión realizada por José Luis Rodríguez Zapatero durante la presidencia de turno de la UE. Pero hacía tiempo que el jefe del Ejecutivo no se mostraba tan fuerte. El respaldo recibido en su último Consejo europeo, el aval concedido a sus medidas por el FMI y la felicitación expresa de Barack Obama han dado un balón de oxígeno al Gobierno. Como si hubiera conjurado todas las amenazas que se cernían sobre la economía española, Zapatero recobró su tradicional optimismo. «El prestigio de España, afortunadamente -se felicitó- está a salvo».

El presidente tenía que informar al Congreso, como es habitual, sobre el contenido de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebrada el pasado jueves en Bruselas. Pero el debate acabó convertido en un auténtico examen a sus seis meses de presidencia rotatoria. Los epítetos que le dedicó la oposición, con Mariano Rajoy a la cabeza, fueron contundentes. «De bajo nivel, deslucida, ha pasado inadvertida para la mayoría de los ciudadanos y con una mediocre gestión política», resumió el presidente del PP.

Sólo el portavoz de CiU le concedió un «aprobado justo», aunque matizó que si tuviera que atenerse a las expectativas generadas por el propio Ejecutivo en los meses previos a asumir el cargo, tendría que hablar de «suspenso».

Pero Zapatero se dio por satisfecho. Después de haberse sentido al borde del precipicio, con los mercados castigando a los valores españoles y el 'runrún' -desmentido pero nunca ahogado- de que España estaba a punto de recurrir al fondo de rescate de la UE y el FMI, las aguas se han calmado. Y con eso, para el Gobierno, es suficiente. El mérito, según su propia explicación, está en algo tan simple como la decisión de publicar los 'stress tests' de las entidades financieras. «Recordemos lo que pasó en Estados Unidos -dijo- a partir de tomar esa decisión se abrió la expectativa cierta de recuperación, que es lo que deseamos».

Ni a derecha ni a izquierda encontró complicidad. Rajoy acusó a Zapatero de haber llevado a España a una situación insostenible, hasta el punto de que haber acabado con su economía «intervenida» y en una «situación de protectorado» europeo. Y el portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, reprochó al presidente que se abrace ahora al credo neoliberal con un decreto de recorte del gasto y una reforma laboral que se ceban con los «débiles». «Doctor Jekyll ha dejado paso a Mister Hyde», ironizó.

La metáfora dolió al gobernante socialista. Admitió, eso sí, que en apenas dos días pasó de decir ante Rajoy que no acometería una ajuste «drástico» del déficit porque eso lastraría el crecimiento a defenderlo como insoslayable. «Cambié de opinión, sí, por las circunstancias, no por las convicciones». El presidente del Gobierno se explayó, de hecho, en su justificación. «Podemos huir de la realidad y decir que da igual tener el 11% del déficit durante tres años y que podemos llevar la deuda al 120% en un país como el nuestro, que financia la deuda fuera y no con ahorro interno. Bien -advirtió- pero eso es sencillamente una bomba de relojería insostenible».

«Al límite»

No vaciló tampoco en admitir que fue su idea llegar a esos niveles de déficit para parar en un primer momento el golpe de la crisis, pero insistió en que ahora toca corregir el tiro. «Hasta donde hemos podido jugar con los estímulos fiscales, lo hemos hecho, y cuando llega un límite en el que comprometemos seriamente la solvencia, la credibilidad y el futuro de nuestras cuentas públicas hemos tenido que frenar», reconoció.

Lo que no concedió bajo ningún concepto es que haya actuado al dictado de otros, como le recriminó la mayor parte de la cámara. Ni que la situación de España sea calamitosa. Así, convino en que en las críticas internacionales sobre la solvencia la economía nacional, hay «una parte de razones objetivas para la preocupación», pero aseveró que responden sobre todo a «rumores y especulaciones».

Además, sacó pecho por el último dato de Eurostat sobre renta per cápita. España se mantiene estable y sigue por delante de Italia. Zapatero se atrevió incluso a comparar los datos de desempleo de España y Alemania. «La diferencia -arguyó- es que allí se han reducido menos empleos porque los alemanes han reducido sus horas de trabajo».