Europa y EE UU se enfrentan por sus respuestas contrarias a la crisis
Washington apostará en el G-20 por mantener los estímulos a la economía, mientras que la UE dará prioridad a la reducción del déficit
BRUSELAS. Actualizado: GuardarLa Unión Europea está balizando el terreno para no verse aislada en la cumbre del G-20 de este fin de semana, donde se van a enfrentar dos tesis radicalmente contrapuestas para salir de la crisis. La postura estadounidense promueve el relanzamiento de la actividad económica, mientras que la tesitura de los europeos, de la mano principalmente de Alemania, apuesta por el saneamiento de las finanzas públicas de la UE, muy desequilibradas por el descalabro financiero y económico de estos últimos tres años.
José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy, presidentes de la Comisión y del Consejo Europeo, hicieron pública ayer una carta enviada a los participantes en la reunión, que tiene lugar los 26 y 27 de este mes en Toronto, en la que argumentan a favor de la reducción de los déficit públicos y previenen contra los riesgos de continuar con los incentivos fiscales de la economía.
La carta constituye una réplica directa a otra misiva, esta de Barak Obama publicada el pasado viernes, en la que el presidente estadounidense aboga por el mantenimiento de los estímulos fiscales, al objeto de no comprometer la recuperación económica.
El planteamiento del mandatario estadounidense es el mismo de aquellos líderes que en Europa han reprochado a Angela Merkel su política de austeridad, que amenaza con estrangular la incipiente recuperación del continente.
Siguiendo las posiciones consensuadas en la Unión Europea, los dos mandatarios europeos se declaran partidarios de acordar en la cumbre de Toronto una estrategia coordinada para el abandono de los estímulos fiscales, habida cuenta de «los enormes riesgos que implicaría para las finanzas públicas una retirada tardía de las medidas excepcionales de incentivación fiscal».
Reforma financiera
Durao Barroso y Van Rompuy instan al G-20 a «reafirmar su compromiso para la reforma de los mercados financieros» y abogan por la instauración de una tasa sobre los bancos para cubrir los costes de crisis futuras, en línea con lo decidido por la cumbre europea la semana pasada.
Esta reivindicación tiene carácter prioritario y es defendida con énfasis por Bruselas. Otra demanda del mismo orden, la imposición de una tasa a todas las transacciones financieras, tiene una prioridad menor aunque también está en la agenda.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, defenderá la adopción de ambas medidas -aunque pondrá más énfasis en la primera que en la segunda- este fin de semana durante sus intervenciones en los debates de la cumbre de Toronto, explicaron fuentes de su departamento. En cuanto al binomio crecimiento o ajuste fiscal, que enfrenta la UE y a Estados Unidos, el jefe del Gobierno español pondrá en valor el duro programa de ajuste impulsado en España para sanear sus cuentas públicas.
La guerra de ideas entre europeos y norteamericanos no se circunscribe al terreno epistolar. Durao Barroso publicaba ayer en el Internacional 'Herald Tribune' un artículo abundando en esos principios. Si no se acomete inmediatamente la tarea de reducción de los déficit públicos, decía Barroso, «no habrá confianza, y sin ella el crecimiento no será posible».