Cannavaro volverá a formar en el centro de la defensa 'azzurri' junto a Chiellini, dos hombres de confianza de Lippi. :: AFP
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El verdadero Mundial empieza para Italia

Criticados tras dos raquíticos empates, los de Lippi avisan de que su primera final es contra Eslovaquia

JOHANNESBURGO. Actualizado: Guardar
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Las críticas arrecian contra la mísera Italia, incapaz de hincarle el diente a Paraguay y a Nueva Zelanda, pero en el seno de la 'azzurra' reina una aparente calma chicha. Están acostumbrados a este tipo de situaciones límite. Mantienen la respiración, aunque sea asistida, con la soga al cuello. «No tenemos miedo. El Mundial empieza ahora». Desde Marcello Lippi al último de sus jugadores han hecho suyo esta especie de eslogan. Están convencidos de que serán fieles a la tradición, superarán a Eslovaquia en el último escollo de la primera fase e irán a más en el campeonato.

Su juego no invita al optimismo pero los protagonistas se sienten seguros. Defienden el título y no van a fallar. Recuerdan lo que sucedió en el Mundial de España'82. Italia empató, y gracias, contra Polonia, Perú y Camerún, avanzó racaneando y luego se coronó campeona tras desembarazarse de argentinos, brasileños y alemanes. Bien es verdad que los jugadores de que dispone Lippi no les llegan ni a la suela de los talones a los Zoff, Rossi, Scirea, Tardelli y Antognoni que conducía Bearzot.

Lippi ha mantenido un discurso inequívoco desde el sorprendente empate ante los 'kiwis'. «Asumimos la responsabilidad de nuestros errores pero en cuanto este equipo empiece a ganar partidos, no hay crisis. Por lo hecho hasta ahora, no os maravilléis ni os decepcionéis».

El técnico de Viareggio, respetado por veterano, por currículo y por una cuestión sentimental, ya que ha desarrollado toda su carrera en el 'calcio', trata de blindar a su equipo para que no caiga en las «trampas externas». Explica a sus discípulos que deben ser prácticos, ver siempre «el vaso medio lleno». Lo hace mediante reuniones nocturnas y charlas a pie de campo, alejadas de los periodistas. Admite que el ataque es errático y que falta gol, y les reprocha que no hayan obedecido sus consignas en anteriores partidos.

El misterio ofensivo

Por si queda duda de su espíritu alejado del 'fantasista', el seleccionador destaca que sus dos anteriores rivales les marcaron pero apenas les llegaron dos veces, producto de dos balones parados muy alejados de la portería. Pero Lippi no da con la tecla. Comenzó con un 4-2-3-1, pasó a un clásico 4-4-2 y ha ensayado con un 4-3-3 para el duelo ante los centroeuropeos.

En el último entrenamiento, abierto sólo un cuarto de hora, mantuvo el misterio ofensivo. Pazzini, delantero de la Sampdoria, no estuvo fino contra Nueva Zelanda pero se merece una oportunidad desde el principio y compite por el puesto de ariete con Gilardino. A su derecha, duda entre el juventino Iaquinta y el napolitano Quagliarella. Y si apuesta por una ofensiva total, en la izquierda podría entrar desde el arranque el veterano Di Natale. Pero lo que más necesita Italia es la clase de Pirlo, ya recuperado de la lesión. Ya se entrena con el grupo pero es difícil que disfrute del partido completo.

Salen las cuentas

De todas formas a Italia le salen las cuentas. Si gana se asegura el billete de octavos. También le valdría empatar si los paraguayos vencen a Nueva Zelanda o si ambos partidos acaban igualados pero el de los 'azzurri' con más goles. Si empatan a lo mismo, la clasificación se decidiría por sorteo. Sería el colmo. Para acabar líder, maneja dos hipótesis: vencer por tres goles y que los otros empaten, o imponerse por un gol más de lo que lo hicieran los 'kiwis' contra Paraguay. Igual no evitan a Holanda en el cruce pero, como titulaba un periódico neozelandés, «Italia está para comerse a los grandes, no a los pequeños».

Los de Vladimir Weiss todavía se lamentan del empate concedido en el descuento ante un rival sorprendente, ya que parecía un convidado de piedra tras imponerse en la repesca a Bahréin. Luego llegó la derrota clara ante Paraguay (2-0). El pase de Eslovaquia depende de un milagro: ganar a Italia y que los 'All Whites' no venzan a la 'Albirroja'.