Puerto América, punto y aparte
Era la mejor de las salidas posibles, descartado el conflicto abierto o la espera de cinco años más
Actualizado: GuardarUn conflicto de 18 años se cierra por fin en Cádiz. Puerto América, último exponente de los «museos del ná» de la ciudad, inicia una nueva etapa tras el acuerdo suscrito ayer entre el Ayuntamiento, la Consejería de Obras Públicas y la Autoridad Portuaria de la Bahía de cádiz (APBC). El buen entendimiento entre la alcaldesa y la consejera, que rigió la ciudad de Córdoba durante largos años, ha propiciado un cambio de tornas, a partir de la renuncia por parte de la alcaldía a la concesión de la infraestructura abandonada. Era la mejor de las salidas posibles, descartado el conflicto abierto o la espera de cinco años más para que se exitinguiera la cesión y la APBC pudiera rescatarla. Ahora se ha arbitrado el plazo de seis meses para crear y poner en marcha una sociedad con participación de las tres administraciones, que deberán aportar la cantidad necesaria para dar uso al edificio. Se calcula que serán necesarios seis millones de euros, una cantidad que, aportada entre las tres partes y en cómodos plazos, se considera perfectamente asumible a pesar de los recortes impuestos por la crisis económica. De este modo, no sólo ganaremos por ver terminado un edificio que lleva 18 años en esqueleto, con destrozos avanzados en las zonas terminadas, sino que éste dará satisfacción a numerosas necesidades, tanto del puerto como del club náutico o de otras entidades deportivas, sin descartar la posibilidad de un uso hostelero a la planta superior, que podría albergar grandes celebraciones por su capacidad, estimada en 500 personas, y su situación en una zona privilegiada de la ciudad. Pero, asimismo, el espacio que quedará liberado, cerca de mil metros cuadrados, podrá albergar usos de interés tanto para el tráfico de cruceros, que se trasladará a la zona con la nueva terminal de contenedores, como náuticos o recreativos, hoteleros y de ocio, que contribuya, como coincidieron ayer los firmantes, en abrir el puerto a la ciudad. Es, pues, un punto y aparte en un conflicto enquistado y una nueva demostración de que es posible el buen entendimiento entre las administraciones, para que los proyectos avancen y las dificultades se resuelvan. Que es, ni más ni menos, lo que los ciudadanos esperamos de nuestros políticos.