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El PP dirá si apoya la reforma laboral en el «último minuto»
El Gobierno está decidido a seguir adelante con o sin el respaldo de los populares
MADRID. Actualizado: GuardarEl PP aguardará hasta «el último minuto del último minuto» una llamada del Ejecutivo para negociar la reforma laboral. Los populares vinculan a esta conversación «al más alto nivel» su apoyo al decreto aprobado por el Gobierno la semana pasada. Esteban González Pons, vicesecretario general de Comunicación del PP, aseguró, a menos de 24 horas de que se produzca la votación en el Congreso, que no hay nada decidido. Avisó, no obstante, de que se trata de una negociación a medio plazo e, independientemente de lo que ocurra hoy, los populares entienden que existe «más recorrido» y buscarán «con la mejor predisposición» un acuerdo durante la tramitación de esta reforma como proyecto de ley.
Una posición constructiva que, sin embargo, no evitó que González Pons se mostrase muy crítico con un documento «que ni es global ni claro». Por todo ello, acusó al Gobierno de montar «un lío monumental» a la hora de explicar el nuevo escenario laboral. «Es la primera reforma laboral en la historia que no cuenta con el apoyo de ningún agente social», espetó.
Los populares también muestran su «desilusión» por las afirmaciones de Celestino Corbacho sobre que esta iniciativa no va a generar puestos de trabajo. «¿Y si no va a crear empleo, para qué se hace?», preguntó González Pons. Teme, asimismo, que con las nuevas medidas «salga más barato despedir que contratar». Una dicotomía que supondría, a su juicio, «una incongruencia».
El PP quiere que el Gobierno añada alguna de sus peticiones, sobre todo en la negociación colectiva, pero no especificó cuál. Se limitan a reclamar la necesidad de adecuar y flexibilizar la negociación colectiva, según el perfil de la empresa.
Pons, tras la reunión del consejo de dirección del PP, hiló la reforma con otro de sus caballos de batalla. «La crisis económica sólo se solucionará con un cambio de gobierno».
Con «el centro»
Con o sin el PP, el Gobierno da por hecho que su propuesta de reforma no peligra y que será capaz de concitar apoyos para su convalidación y tramitación como proyecto de ley. De manera gráfica, una portavoz gubernamental explicó que su aspiración es contar con «el centro», pero no lo decía tanto en un sentido ideológico, que quizá también, como físico: CiU, ERC, CC y, en su caso, el PNV, ocupan los escaños centrales del Congreso.
El Gobierno quiere también imprimir un ritmo ligero a los debates. Es reglamentario que los reales decretos que se tramitan como proyecto de ley sigan el procedimiento de urgencia pero, en este caso, el Ejecutivo quiere correr aún más para tener la ley lista, según el ministro de Trabajo, en «dos meses». «A nadie le interesa un periodo largo de debate de seis o siete meses», alegó durante un coloquio organizado por el IESE. En ningún caso podría ser así, pero sí sería normal que el proceso no culminara hasta el otoño.