El féretro del escritor es sacado a hombros del Ayuntamiento en presencia de la viuda, Pilar del Río. : : EFE
Sociedad

El pueblo despide a Saramago

Personalidades de la cultura y la política asisten a las exequias del NobelMaría Teresa Fernández de la Vega, que encabezó la delegación española, lamentó la pérdida de un hombre «querido y admirado»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los restos mortales de José Saramago fueron incinerados este domingo en el cementerio lisboeta del Alto de San Juan. Momentos antes se celebró un emotivo funeral civil en el Ayuntamiento, lugar elegido por las autoridades para instalar la capilla ardiente.

Numerosas personalidades del mundo de la política y la cultura asistieron a las exequias del Premio Nobel. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, encabezó la delegación española. De la Vega lamentó la pérdida de un hombre «querido y extremadamente admirado», un escritor que «supo sonar las cuerdas del alma». Alrededor de 300 personas siguieron las honras fúnebres a través de una pantalla instalada en la plaza de la casa consistorial.

Todos estos seguidores -algunos alzando sus libros o su fotografía y agitándolos en el aire- irrumpieron en aplausos y en sonoros 'vivas' cuando el féretro apareció en la plaza camino del crematorio. Su mujer y traductora, la granadina Pilar del Río, dijo emocionada: «Se va un héroe del siglo XXI». Violante, hija de Saramago, lloraba en silencio.

Se queda en Lisboa

Tanto la ministra de Cultura de Portugal, Gabriela Canavilhas, como el alcalde de Lisboa, Antonio Costa, destacaron el impulso que Saramago ha proporcionado al idioma portugués. «Deseamos que esta semilla tenga continuidad en el futuro», subrayó la ministra. Costa precisó que «las cenizas de Saramago descansarán en la ciudad de Lisboa», pero otras fuentes señalan que una parte de ellas será esparcida en Azinhaga, el pueblecito que le vio nacer, y la otra en Tías (Lanzarote), donde vivió los últimos 17 años. Saramago quería que su cuerpo convertido en polvo «nutriera» un olivo que él mismo planto en el jardín.

Canavilhas dijo que Saramago no tenía fe en Dios, pero «Dios tuve fe en él». El líder del Partido Comunista Portugués, Jerónimo de Sousa, señaló que el Nobel desaparecido «ha dejado de luto al pueblo trabajador, al que amó y al que siempre fue fiel». En el funeral también estuvieron presentes el primer ministro portugués, José Sócrates, y los ex presidentes Ramalho Eanes y Mario Soares.

En la ceremonia de cremación, la esposa de Saramago, Pilar del Río, afirmó que ha muerto «un hombre bueno, una excelente persona y un magnifico escritor» y agregó, al resaltar la huella que deja en todos los corazones, que sólo deben llorar hoy «quienes no le conocieron».

Dos piezas clásicas de Johann Sebastian Bach, interpretadas por la violonchelista Irene Lima, cerraron el acto funerario.