Vallas hasta en la sopa
MADRID. Actualizado: Guardar¿Cómo se sabe que se acercan unas elecciones? Hay dos respuestas previsibles: porque se aceleran las obras municipales o autonómicas y porque hay vallas de publicidad de los partidos y los candidatos hasta en la sopa, amén de las insufribles cartas que intentan ser personalizadas.
Cada valla, por ejemplo, cuesta a los partidos entre 150 y 200 euros durante las dos semanas de campaña que marca la ley. Pero algunas se instalan con casi tres meses de antelación. Basta con esconder la palabra 'vota' hasta que comience el periodo legal de campaña y todo está en regla.
Normalmente, las direcciones nacionales, regionales y locales cuentan con un presupuesto propio para estos menesteres. Eso supone que, dependiendo del tipo de convocatoria electoral, en una misma ciudad se pueden unir tres soportes del mismo partido con las imágenes de los candidatos nacionales, autonómicos y locales. Una verdadera jaula de grillos en las que se entremezclan mensajes, logotipos y colores.
La crisis económica obliga a guardar las formas y por eso en los presupuestos de cada organización política habrá recorte del gasto para los comicios, con o sin consenso sobre la propuesta del PP.
Hasta ahora su utilización ha sido limitada, pero Internet, sobre todo a través de las redes sociales, se antoja como una herramienta barata y efectiva para tomar el relevo del papel y el pegamento.
Pero los partidos no perderán de vista los medios tradicionales. Toca agudizar el ingenio. Volver a los mecheros, bolígrafos y banderines parece una opción poco efectiva y propia de otros tiempos. Sólo los coleccionistas los echarán de menos.