
EA y Batasuna pactan crear un «Estado vasco» por vías pacíficas
Firman un acuerdo que en ningún momento reclama a ETA que abandone la actividad terrorista
BILBAO. Actualizado: GuardarEusko Alkartasuna y la izquierda 'abertzale' se comprometieron ayer a trabajar en la construcción de un «Estado vasco» independiente por vías «pacíficas y democráticas». En un acto político celebrado en el palacio Euskalduna de Bilbao, ante 600 personas, ambas formaciones plasmaron por escrito su acuerdo y apostaron por la soberanía para Euskadi en un escenario sin violencia, pero eludieron referirse a ETA o a sus víctimas.
Este paso público no se traducirá, de momento, en una coalición electoral que permita a los herederos de Batasuna burlar su ilegalidad. Eusko Alkartasuna es consciente de que ese paso podría dejarle fuera de los comicios y condiciona la decisión de compartir listas a un desmarque claro de la ilegalizada Batasuna de ETA.
Las planas mayores de EA y de la izquierda 'abertzale' avalaron con su presencia la comunión política entre dos sensibilidades hasta ahora contrapuestas y a veces irreconciliables. Eusko Alkartasuna, pese a su independentismo, ha optado siempre por la vía institucional en contraposición a la izquierda radical, que utiliza su presencia en las instituciones para forzar desde dentro la ruptura del sistema.
Peio Urizar, secretario general, y el fundador del partido, el ex 'lehendakari' Carlos Garaikoetxea, encabezaron la representación de EA. Rufi Etxebarria, Jone Goirzelaia y Tasio Erkizia hicieron lo propio en la izquierda radical.
En el acto, entre bailes y versos en euskera, se proyectó un vídeo sobre la detención del ex portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, y del ex secretario general del sindicato LAB, Rafa Díez Usabiaga, y se leyó un documento de 15 folios denominado 'Lortu arte' ('Hasta conseguirlo') que parte del «agotamiento» y del rechazo del actual marco jurídico y político de Euskadi y apuesta por crear «un Estado vasco» independiente ,«por vías pacíficas y democráticas», y mediante el ejercicio del «derecho a decidir». El documento en ningún momento cita a ETA, y mucho menos se plantea el final de la violencia.
El objetivo final de l acuerdo es «que este pueblo sea libre, viva en paz y sea dueño de su destino para poder construir un nuevo modelo de sociedad basado en la justicia social y en la paridad entre hombres y mujeres». La libre determinación de los vascos se llevaría a cabo «sin injerencias de nadie ni de ningún tipo» y desde «el diálogo, la negociación y el acuerdo» que sería sancionado por los ciudadanos a través de un referéndum.
Un salvavidas
La unidad de acción entre EA y la izquierda 'abertzale' nace de la necesidad de ambas sensibilidades de mantenerse vivas y no desaparecer. El pacto es su salvavidas. Las elecciones autonómicas del año pasado encendieron todas las alarmas en la formación que impulsó Garaikoetxea tras escindirse del PNV.
EA perdió su grupo en la cámara vasca y pasó de ser una fuerza influyente a testimonial con un solo escaño. Sus votantes se decantaron en masa por el PNV, rendidos ante el discurso soberanista de Ibarretxe.
El varapalo electoral se agravó por la ruptura en dos en Eusko Alkartasuna, que vio cómo su feudo electoral de Guipúzcoa emigró hacia las nuevas siglas de Hamaikabat, cuyos líderes apuestan por la colaboración con el PNV. Ante el riesgo cierto de desaparición, EA miró a su izquierda y se topó con una izquierda 'abertzale' desnortada, con sus principales referentes en la cárcel, huérfana de representación en el Parlamento vasco tras su ilegalización, alarmada ante la imposibilidad de concurrir a las elecciones locales y desnuda del manto protector de una ETA más débil que nunca.
Eusko Alkartasuna era para la izquierda radical la última tabla de salvación en medio de un naufragio general. Ambos hicieron de la necesidad virtud y comenzaron un progresivo acercamiento que no ha fue interrumpido por los atentados de ETA y que culminó con el acuerdo suscrito ayer en el palacio Euskalduna.
Rechazo
La alianza fue recibida por críticas del resto de formaciones. El portavoz del PNV en el Parlamento vasco, Joseba Egibar, saludó una entente que «llega 30 años tarde». Egibar advirtió de que si ETA «no se aviene» a esa «apuesta» por vías pacíficas y democráticas «se constituirá en disidencia de la izquierda 'abertzale'» y un grupo residual.
El diputado socialista por Vizcaya, Eduardo Madina, no ocultó su deseo de que el acto de Bilbao sirva para que la izquierda 'abertzale' «proclame su ruptura» con ETA. De lo contrario, dijo, EA estaría «en una situación complicada porque no va a poder explicar por qué hacen un acto conjunto con quienes no son capaces de romper» con ETA.
El portavoz del PP en el Parlamento vasco, Leopoldo Barreda señaló que lo ocurrido en el palacio Euskalduna no es ninguna novedad. Es «más de lo mismo» y supone «una decepción más» de la izquierda radical, «que no es capaz de desmarcarse de ETA, condenar sus atentados y reconocer a las víctimas».