SOLUCIÓN DE CONSENSO
Actualizado: GuardarUn día dije que lo del quiosco de La Caleta es una pasada y lo sigo pensando, porque el Ayuntamiento de Cádiz debe, por una vez, respetar a los demás al menos con la misma fuerza con la que siempre piden que los respeten a ellos.
Pero al igual que creo en la legalidad también siento mucho respeto por las personas y debo decir que siento mucho cariño por Maribel Téllez y Rafael Machuca, los arrendatarios del establecimiento, que decidieron ilusionar su vida con este proyecto. Jamás olvidaré la cara de preocupación de Maribel, ojerosa y muy cansada, cuando parecía que no iban a abrir y tampoco olvidaré el día que me dijo que iba a poner pringá para untar para desayunar frente a la Caleta, llena de ilusión..
No puedo tampoco olvidar que me irrita enormemente que la señora Martínez, alcaldesa de Cádiz, pretenda decirnos que aquello es una instalación de quita y pon, pero ya puestos a seguirle en ese juego permanente de cachondearse de los ciudadanos, puede ser que, a lo mejor, ahí esté la clave, en quitarlo y ponerlo en otro sitio.
La legalidad dice que se debe tirar el quiosco y lo justo es que la legalidad se cumpla. Pero también sé que Pablo Lorenzo, el delegado de Obras Públicas de la Junta, es una persona dialogante y estará analizando todos los matices de esta cuestión.
Como ciudadano me atrevo a proponer una solución. Puedo meter grandemente la pata, porque no sé nada de legalidades, pero a lo mejor sirve. Al igual que sería procedente eliminar el quiosco, también es necesario, yo diría que mucho más, derribar el colegio situado delante de la playa, más si sabemos que sobran plazas escolares en la ciudad.
La solución podría ser, una vez que se tire el colegio, construir un quiosco, que creo que en ese caso podría quedar magnificamente, en esa zona y eliminar la construcción actual. La gestión de ese nuevo quiosco se podría dar a los actuales arrendatarios del otro. Mientras tanto, mientras que no se tira el colegio, el actual podría seguir funcionando. De esta manera se cumpliría la legalidad pero también se mantendría la actividad y la pringá para untar podría seguir disfrutándose frente a la Caleta...que eso también es cultura.