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Inglaterra, una calamidad, se muestra incapaz de marcar ante una Argelia muy atrevida

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Inglaterra no cumplió con el guión previsto y se complicó su pase a los octavos de final tras empatar con Argelia en un duelo insulso y falto de ritmo. Los 'pross' decepcionaron nuevamente y se jugarán estar en la siguiente ronda ante el líder del grupo C, Eslovenia. Los de Capello no tenían margen de error tras empatar con el fútbol pragmático de Estados Unidos en la primera jornada. Aun así Inglaterra comenzó el encuentro demasiado tranquila, consciente de que el partido se le iba a hacer muy largo. No había prisa. El técnico italiano cocina a fuego lento.

Los 'pross' estuvieron media hora fuera de cobertura. Ninguno de sus grandes jugadores parecía estar presente. Su falta de agresividad fue contrarrestada por Argelia durante los primeros compases del encuentro. Eran incapaces de controlar al indomable 'Jabulani' mientras que los africanos estaban más seguros. Los hombres dirigidos por Rabah Saadane le perdían el respeto a los inventores del fútbol, muy nerviosos e incapaces de hilvanar alguna jugada de peligro. Los 'zorros del desierto' no llevan ese apodo por casualidad.

En la segunda parte Inglaterra estaba obligada a reaccionar. El miedo a no perder había caracterizado un primer tiempo insulso. Capello ha 'italianizado' más de la cuenta esta selección. La reanudación era más de lo mismo. No había cambios en ambos equipos y el aburrimiento que ofrecían las dos selecciones era tremendo. El encuentro era una concatenación de esperpentos y su máximo esplendor llegaba con un desafortunado Heskey. El delantero inglés intentó irse de un rival y terminó regateándose a sí mismo. Así las cosas hacían falta cambios. Entraba Wright-Phillips en sustitución de Lennon. Cromo por cromo, extremo por extremo. Capello buscaba la velocidad como argumento para desestabilizar a su rival.

Rooney no veía el cuero y el centro del campo estaba más que ausente. Lampard y Gerrard estaban totalmente desaparecidos. Es difícil entender cómo una selección con tanto jugador talentoso es incapaz de crear tan pocas ocasiones de gol. A Inglaterra sólo le quedaba empujar y confiar en sí misma. Pero esta vez no llegó el milagro.