Sociedad

Exponen por primera vez los manuscritos de los últimos musulmanes españoles

MADRID. Actualizado: Guardar
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Antes de ser expulsados de España en 1610, los moriscos del valle aragonés del Jalón escondieron entre los muros de sus casas valiosos manuscritos, que con el tiempo fueron apareciendo y que ahora se han reunido por primera vez en una exposición que ayer se inauguró en la Biblioteca Nacional .

Lo peculiar de estos manuscritos, que han superado el paso de los siglos gracias a que sus propietarios los envolvieron en paños de lino y con piedras de sal, es que están escritos en árabe pero, en realidad, esos caracteres esconden palabras de la lengua castellana. Son, pues, representativos de la «escritura aljamiada», del árabe «aljamí», «extranjero».

Con motivo del IV centenario de la expulsión de los moriscos por Felipe III, se han rescatado de diferentes bibliotecas españolas y de la Nacional de Francia los manuscritos más importantes en escritura aljamiada para la exposición 'Memoria de los moriscos. Escritos y relatos de una diáspora cultural', que podrá contemplarse hasta el 26 de septiembre.

La exposición reúne unos setenta manuscritos de gran belleza (en el mundo se conservan 250 de literatura aljamiada), y todos ellos «extraordinarios», explico a los periodistas el comisario de la muestra, Alfredo Mateos Paramio.

En esa escritura híbrida entre el español y el árabe, que ha permanecido cuatro siglos olvidada, el visitante se encontrará con comentarios del Corán y leyes islámicas, devocionarios y manuales de práctica religiosa, recetas para curar el dolor de cabeza, conjuros para enamorar y textos de gran valor como el 'Discurso de la Luz' del poeta morisco en el exilio Mohamed Rabadán.

Las causas

Y ¿por qué los moriscos aragoneses adoptaron ese sistema de escritura? Mateos cree que muchos de ellos «estaban olvidando el árabe» y utilizaban ese sistema para «seguir apegados a su pasado islámico». No tenían ese problema los moriscos granadinos y valencianos.

«La fuerza de esa literatura es que no se concibió como un espacio de prestigio, sino de confesión y de transmisión», decía hoy Mateos, quien para esta exposición ha contado con la colaboración excepcional del escritor José Jiménez Lozano, que es vicecomisario de la muestra.

Con la «escritura aljamiada» el español se suma a las otras lenguas que se han escrito en letras árabes y en letras latinas en diferentes momentos de su historia, como sucede con el turco.