Grecia aprovecha los regalos de Nigeria para firmar su primera victoria mundialista

Grecia consiguió la primera victoria de su historia en un Mundial a costa de una inocente Nigeria. Los africanos se adelantaron y controlaron el partido, pero la rigurosa expulsión de Kaita a la media hora de juego y un tremendo error de su portero, hasta entonces magnífico durante todo el campeonato, permitieron a su rival dar la vuelta al marcador. Los helenos aprovecharon los regalos y ya suman tres puntos -los mismos que Corea del Sur- en el grupo B, por lo que mantienen sus opciones de pasar a octavos de final.

Ambos conjuntos sabían que era el partido con mayúsculas. La oportunidad de seguir vivos en el Mundial o de estar virtualmente eliminados. Eran los dos derrotados de la primera jornada y otro tropiezo significaba la tumba. Ésa fue la razón por la que ambos equipos salieron sin arriesgar. El miedo a perder convirtió el choque en un sinfín de balones largos tan intrascendentes como inofensivos.

Nigeria dista mucho del estereotipo de equipo africano. No destaca por jugadores de gran potencia física y tampoco son rápidos en ataque. Basan su fuerza en la disciplina táctica y en su guardameta Enyema, el mismo cancerbero que ya desesperó a Messi en el choque frente a Argentina. Otro puntal fundamental de las 'águilas' es la solidaridad, el trabajo en equipo. Algo similar ocurre en Grecia, con una filosofía de juego conservadora, heredada de su triunfo en la Eurocopa de Portugal.

Así las cosas, el marcador parecía predestinado a terminar con el mismo resultado con el que comenzó, pero los errores defensivos lo evitaron. Uche lanzó una falta lateral que se envenenó y terminó en gol. Los nigerianos tenían la posesión del balón y Grecia era incapaz de encontrar una fórmula para acercarse a la portería contraria. Sin embargo, la expulsión de Kaita cambió el escenario y permitió a los helenos mantenerse con vida en Sudáfrica.