El riesgo castiga a Iniesta... y a España
El manchego se retira lesionado pero Del Bosque asegura que «no ha sido nada» y «sólo tiene molestias»
Actualizado: GuardarLa derrota ante Suiza, dolorosa por inesperada, no ha sido la única mala noticia para España. Después de muchas idas y venidas con Iniesta, resguardado bajo una campana de cristal, en manos de médicos y fisioterapeutas, aislado entre dudas y certezas acerca de su presencia en el estreno mundialista, el centrocampista salió de inicio ante Suiza y derramó clase en todas y cada una de sus intervenciones... hasta que se lesionó en el minuto 76. La mano en el muslo derecho, en la parte posterior, invadido por el dolor. Cayó y permaneció inmóvil en la hierba. Sabía que algo iba mal. Quiso continuar e incluso uno de los doctores hizo el ademán a Del Bosque para que esperara, que les diera un momento, pero el salmantino ordenó la entrada de Pedro.
¿Debió salir Iniesta? Eso sólo lo saben el seleccionador y el propio futbolista. De hecho, en una entrevista televisiva emitida el pasado lunes, el de Fuentealbilla apareció sonriente en la pantalla, asegurando que estaba listo y deseoso de enfrentarse a los helvéticos. «Quiero jugar», remarcó. Del Bosque, mientras, guardó las formas y no quiso lanzarse a la piscina. Ayer, nada más acabar el encuentro, emitió un mensaje tranquilizador. «Andrés no tiene más que una molestia, un golpe, no ha sido nada». De hecho, el medio habló después del choque y no mencionó la lesión. «Hay que quedarse con lo positivo, aprender la lección y esperar que los próximos partidos todo se dé mejor para lograr el billete a la siguiente fase».
Asistencia a Piqué
Razón no le falta a Del Bosque. El peligro de España llevaba la firma de las botas de Iniesta, que volvieron locos a los defensores suizos. Claro que el orden y la disciplina de los hombres de Hitzfeld abortaron las embestidas de 'La Roja', con un 74% de posesión. El medio del Barça, recién salido de la famosa lesión que se produjo ante Polonia, jugó a las mil maravillas, con el balón cosido al pie, y suya fue la primera gran asistencia de la tarde. Se la sirvió en bandeja a Piqué, que rompió a uno de los laterales helvéticos y se plantó ante Benaglio. El portero salió victorioso del uno contra uno.
Iniesta percutió por la banda y desbordó con facilidad a su par. Lástima que sus asistencias no fueran aprovechadas por un desdibujado Villa y un Torres más lento de lo normal, con claros síntomas de falta de ritmo. El delantero entró por Busquets y se le notó sin chispa, casi siempre superado por la defensa suiza. Incluso en carrera fue más lento que sus oponentes.
Y en uno de sus abordajes, en el minuto 76, Iniesta cayó. Recibió la entrada de Lichsteiner, pero dio la sensación de que el dolor venía de antes. Del Bosque asegura que sólo sufre un golpe. Nada. Mejor, tanto para el jugador como para España.