Genio y figura. Maradona, en tres momentos de la rueda de prensa anterior al partido de hoy ante Corea del Sur. :: REUTERS
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Las pelusillas de Maradona

El astro argentino manda a Pelé al museo y arremete contra el complejo de superioridad francés de Platini

PRETORIA. Actualizado: Guardar
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«Yo les pediría a Pelé y a Platini que se dediquen a ver si la pelota es buena o mala y que dejen de hablar de boludeces de mí». Maradona entró ayer al trapo de la polémica entre las viejas glorias del fútbol mundial en la víspera del partido de hoy entre Argentina y Corea del Sur en el estadio Soccer City de Johannesburgo. El 'Pelusa' se soltó una lengua en la que no tiene pelos, salvo un poco de pelusilla. En el olimpo del fútbol no se pasa olímpicamente de los celos.

Maradona había abierto las hostilidades del mundial del tiro al dardo en el panteón balompédico cuando se refirió a Pelé como «un señor morocho que jugaba con el diez» por no apoyar la organización del campeonato del mundo en Sudáfrica. Platini echó luego leña al fuego sagrado al comentar que «Maradona como técnico es un gran jugador».

«En realidad, él tiene poco tiempo como entrenador. Y su campaña no fue buena en las eliminatorias», agregó el presidente de la UEFA en una entrevista con el diario 'O Estado' de Sao Paulo. El astro francés se la tiene guardada a la estrella argentina desde que se opuso públicamente a su candidatura a la presidencia de la FIFA con el argumento de que «nunca dijo ni una sola palabra en favor de los futbolistas y, por eso, no puede postularse».

También desde Sao Paulo, Pelé devolvió el ataque de Maradona con una andanada a la línea de flotación por el río de la Plata. «Supe que él se acordó de mí ahora en Sudáfrica. Él debe amarme. Pero hay algo cierto: Maradona aceptó ser técnico de su selección porque necesitaba empleo y dinero. Vi que Argentina se clasificó con dificultad. Pero la culpa no es de Maradona, sino de quien lo puso en el cargo», añadió en referencia a Julio Grondona, presidente de la Federación argentina.

'O Rei' dijo que no entendía la agresividad del 'Pibe de Oro' hacia su persona y opinó que «el problema es que la prensa le da mucha atención a lo que él dice». «Cuando él hizo el primer programa (de televisión, en 2005) en Argentina y necesitaba ayuda, fui a Buenos Aires, jugué con él a la pelota (en el plató) y lo ayudé. Después intenté apoyarlo con comerciales, pero él llegaba atrasado o no aparecía», recordó el único triple campeón del mundo.

Uno de esos retrasos fue reciente. Maradona llegó con varias horas de retraso a una sesión fotográfica para un anuncio de la firma Louis Vuitton, transportista oficial del trofeo Jules Rimet. En la imagen, motivo de una campaña publicitaria divulgada durante el Mundial, aparecen Pelé y Maradona con Zinedine Zidane jugando al futbolín en una tasca de Madrid. Pero en realidad el retrato del argentino tuvo que ser añadido posteriormente a la fotografía final gracias a un programa digital de tratamiento de imágenes.

«Pelé, que vuelva al museo», arremetió ayer Maradona, en una multitudinaria conferencia de prensa en Pretoria, en la que hasta le cantó el 'Cumpleaños feliz' a un colega argentino. En su salsa, dios solar ante la corte celestial, dijo que no le habían sorprendido las palabras de Michel Platini porque «siempre he tenido una relación muy distante con él: hola, chao. Nada más». «Sabemos todos cómo son los franceses y él se cree más que todo el mundo. Nunca le di bola ni se la pienso dar», zanjó.

Genio y figura, Maradona entró en el cuerpo a cuerpo con los periodistas y no eludió ninguna pregunta. Sólo se cubrió con la chaqueta del chándal de su firma patrocinadora «porque si no, tengo que pagar multas». «Quiero ser campeón y tengo a Messi, respaldado con un gran equipo de jugadores espectaculares», proclamó a los cuatro vientos, antes de encomendarse a su colega del cielo. «Ojalá que Dios mire un poquito por la celeste y blanca y luego lo resolveremos nosotros», rezó. Pero el seleccionador argentino abrió la espita de la presión al asegurar que «no soy candidato ni favorito» al título. «Somos un equipo que va a dar pelea por la calidad de los jugadores», en especial, uno, Leo Messi, su hijo más amado en el que tiene puestas todas sus complacencias. «Lo veo tan sereno y maduro que me pone muy bien. Es un Messi con capacidad y liderazgo carismático de equipo. Está llegando a su madurez», glosó antes de decirle a una periodista coreana: «Con todos los respetos del mundo, ustedes no tienen a un Messi».

Contra los surcoreanos, Verón, que arrastra una sobrecarga muscular en el gemelo derecho, dejará su plaza a Maxi Rodríguez para ayudar a taponar la banda derecha a Jonás Rodríguez, centrocampista natural que repetirá como lateral a pesar de su desastrosa actuación ante Nigeria. «Ellos son muy rápidos y apuestan a la pelota parada. Forman un colectivo muy fuerte y son respetables. Pero nosotros vamos a salir a agarrar ese partido», anunció Maradona, el amo del museo.