Los asiáticos que animaron a Corea del Norte en el duelo contra Brasil eran actores chinos
JOHANNESBURGO. Actualizado: GuardarEl colorido grupo de aficionados que, con banderas y bufandas rojas y azules, animó el martes incansablemente a Corea del Norte en su digno partido ante Brasil era en realidad un grupo de actores chinos contratados para tal fin, según desvelaron ayer diarios y páginas web en el gigante asiático. Los cerca de un centenar de hinchas que desafiaron la fría noche invernal sudafricana para animar a los 'Chollimas' -apodo con el que se conoce a la selección norcoreana- son «voluntarios» contratados por la empresa China Sports Management Group a petición del Comité de Deportes de Corea del Norte, que les entregó mil entradas para que animen al país en la competición africana.
Pocos norcoreanos pueden permitirse viajar a Sudáfrica, por su coste y por la enorme dificultad de conseguir visados en el aislado país, así que Corea del Norte acudió a su vecino y viejo aliado para que le suministrara «aficionados», cuentan los diarios. El recurso a actores no significa que China necesite incentivos económicos para apoyar a su vecino: muchos aficionados chinos han mostrado su intención de apoyar a los tres equipos asiáticos en el torneo (aunque más a las dos Coreas que a Japón, con el que los chinos aún tienen rencillas históricas).
La hasta ahora única participación de Corea del Norte en unos Mundiales, los de Inglaterra 1966, fue muy especial, ya que los norcoreanos fueron el primer equipo no europeo o americano que llegó a unos cuartos de final (donde perdieron contra Portugal por 5-3), e hicieron la machada eliminando a Italia en la primera fase.
Así que, a pesar de su opacidad y de su obsesión por el hermetismo más exacerbado, los gobernantes de Corea del Norte han discurrido para intentar que se note la 'presencia' de sus aficionados en los estadios de Sudáfrica. De hecho, el fútbol es la única actividad que la tiranía del país asiático acepta compartir con una comunidad internacional percibida como una amenaza constante a su seguridad e integridad territorial.