Una joven con 'hiyab' abandona el pleno municipal de Tarragona del pasado lunes que aprobó la prohibición del 'burka' en lugares públicos. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno regulará el uso del 'burka' porque no respeta la «dignidad del ser humano»

Caamaño anuncia que la futura ley de libertad religiosa regulará la utilización de prendas rituales en los lugares públicos

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Nadie en el Gobierno, a excepción de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, había sido hasta la fecha tan claro como el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, a la hora de expresar su opinión sobre el uso del 'burka'. «Es difícilmente compatible con la dignidad del ser humano», dijo. El comentario no es baladí si se tiene en cuenta que su departamento es el principal responsable de la futura ley de Libertad Religiosa. Una norma que regulará la utilización de esa prenda en espacios públicos.

El texto está aún en fase de borrador -o quizá sea más lógico decir borradores- a la espera de que el Ejecutivo tome una decisión política y determine hasta dónde está dispuesto a llegar en cuestiones tan polémicas como ésta o como la laicidad de los funerales de Estado, hasta ahora oficiados por prelados católicos.

Sin embargo, Caamaño adelantó que abordará de forma «general» el uso de vestimentas religiosas fuera del ámbito privado.

A pesar de que, según aseguran fuentes de la Vicepresidencia Primera -la responsable última del proyecto-, la norma está prácticamente lista para ser aprobada, el Ejecutivo la mantendrá en el congelador hasta que el momento político sea menos convulso. En la Moncloa creen que ahora no se entendería que José Luis Rodríguez Zapatero se ocupe de nada distinto a la economía y menos si se trata de una cuestión tan delicada, capaz de levantar ampollas incluso en sus propias filas pues afecta a los derechos civiles.

Pero el ministro de Justicia no tuvo más remedio que pronunciarse sobre el asunto del 'burka'. La decisión de los municipios de Lérida, Tarragona y Barcelona de prohibir su uso, junto al del 'niqab', en dependencias públicas ha suscitado un debate del que el Gobierno no se podía sustraer. Sobre todo, en el caso de Caamaño, que ayer presentaba la memoria de 2009 de la Fundación Pluralismo y Convivencia, dedicada a poner en marcha proyectos de integración de las minorías religiosas.

El 'hiyab' es otra cosa

Tampoco ahondó demasiado en sus intenciones legislativas, ni se refirió de manera específica a las distintas prendas de connotación religiosa que podrían verse afectadas por la ley. Simplemente, fijó un criterio general que parece excluir el 'hiyab' (pañuelo que cubre la cabeza) de la restricción. «Hay que adoptar medidas -dijo- con aquellos símbolos que impiden la identificación». Apeló a «razones de seguridad», pero no exclusivamente. También puso el ejemplo del profesor que necesita ver el rostro de sus alumnas para apercibirse de su estado anímico o psicológico.

El caso del 'burka' es para el ministro de Justicia, muy claro, porque a su juicio resulta «vejatorio». Sin embargo, hizo hincapié en algo que se subraya igualmente desde las asociaciones islámicas y es que la utilización del velo integral «no es uno de los grandes problemas» de España dado el bajo número de mujeres que utilizan esa prenda. Según los expertos, apenas un centenar de mujeres lo usan. Por eso, miran con reticencia el deseo del PP de impedir su uso y el del 'niqab', como planteó en la moción registrada la semana pasada en el Senado.

Cosa distinta es el pañuelo. Aquí Caamaño fue más ambiguo si bien dio a entender que el Ejecutivo no contempla regular su uso.

«Lo que hay que buscar es un criterio de proporcionalidad entre la actividad que se desarrolla en el espacio público, que no siempre es lo mismo, y el sentimiento de libertad religiosa», defendió.

Hace dos meses, una niña musulmana fue expulsada de un instituto público de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, por negarse a descubrir su cabeza en clase, como exigía el reglamento del centro. Entonces, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se mostró partidaria de respetar los «usos y costumbres» religiosos o culturales siempre y cuando «no conculquen derechos fundamentales, derechos humanos o sean contrarios a la seguridad». Recordó además que la libertad religiosa es un derecho constitucionalmente protegido y, desde su departamento, se alegó que las experiencias de prohibición en países de nuestro entorno sólo han servido para que haya decenas de miles de chicas sin escolarizar.

En esta línea, el ministro de Justicia advirtió de que ninguna regulación legal va solventar «todos los casos» y apuntó a los tribunales como últimos dirimidores de los posibles conflictos que surjan.

Será prohibido en lugares públicos. Se utiliza sobre todo en Afganistán.

Será prohibido. Oculta el rostro, excepto ojos. Extendido en Arabia Saudí y África.

Velo rectangular que envuelve la cabeza. Extendido en todo el mundo musulman.

Típica de Irán. Es una manta que envuelve todo el cuerpo, pero deja ver el rostro.

El más usado por las musulmanes de todos los países. Puede ser de colores.