Aznar acusa a Zapatero de practicar «un juego temerario» con ETA
Rajoy reiteró que no quiere «ni a la banda ni a sus franquicias» en las listas para las elecciones municipales del próximo año
MADRID. Actualizado: GuardarEl PP sigue con el envío de mensajes preventivos al Gobierno ante las informaciones de una nueva fase de supuestos contactos con ETA, aunque dirigentes del partido opositor han mostrado en público y en privado su convicción de que el Ejecutivo no ha iniciado ninguna ronda de contactos con los terroristas. Negativa que, además, ha sido reiterada por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
La viaja guardia popular, sin embargo, no se fía y mantiene un discurso duro que contagia a los actuales mandatarios. José María Aznar, arropado por Mariano Rajoy, Jaime Mayor Oreja y Ángel Acebes, sus tres ex ministros del Interior, acusó ayer al Ejecutivo socialista -sin mencionarlo directamente- de caer en el «juego temerario» de alentar falsas expectativas de paz que, a juicio del ex presidente, «no son más que un plato recalentado de la cocina de ETA».
Rajoy pisó un terreno que había eludido en los últimos meses. El líder del PP situó como 'test definitivo' de la voluntad del Ejecutivo socialista en la lucha contra el terrorismo las elecciones municipales de 2011. El PP, advirtió, no quiere «ni ETA ni sus franquicias» en esos comicios. Si esto ocurre, anunció que romperá el pacto antiterrorista y volverá a decir a José Luis Rodríguez Zapatero lo mismo que en 2005, «que traiciona a los muertos», aunque confió en no verse obligado a ello.
La 'traca', sin embargo, la tenía reservada Mayor Oreja. El presidente del grupo popular en el Parlamento Europeo incidió en su tesis e insistió en que el Gobierno y ETA «comparten» el objetivo de que franquicias de la organización terrorista puedan presentarse en 2011. Argumentó que «la negociación que iniciaron y rompieron la pasada legislatura es un proceso blindado y ahora se encuentra en la segunda fase».
Ficción y falsedad
Se atrevió, incuso, a afirmar que los terroristas y el Gobierno de Rodríguez Zapatero actúan a sabiendas con «dosis de ficción y falsedad» al enarbolar sus respectivos éxitos: mientras el Gobierno «vende la apariencia de la victoria sobre ETA» y su «recta final», la banda terrorista expone que «el proyecto hacia la independencia y la autodeterminación es imparable».
Aznar convocó a sus antiguos colaboradores en un acto de presentación de un libro en el que sacó pecho por los logros conseguidos por los gobiernos del PP en su lucha contra el terrorismo. Un mensaje que, en cierto modo, quería poner en alerta al PSOE sobre cualquier intento de arrogarse el mérito si, finalmente, ETA dice adiós a las armas antes de las elecciones. De hecho, el encuentro tenía como objetivo presentar el volumen 'España, camino de libertad. La política antiterrorista para la derrota de ETA, 1996-2004', editado por la Fundación FAES y escrito por el diputado popular Ignacio Cosidó y el analista Óscar Elía.
Aznar hizo un diagnóstico de cómo estaba la situación en 1996, cuando el PP accedió al poder. Recordó que entonces había prendido «el discurso de la resignación en relación con ETA». También rememoró que la derrota de ETA «era una palabra ausente del diccionario político porque no se creía ni remotamente posible».
En este contexto, indicó que hablar de ilegalización de las organizaciones satélites de ETA significaba arriesgarse «a ser tachado, como poco, de intolerante». Del mismo modo, dijo, plantear el cumplimiento efectivo de las penas impuestas a los terroristas «era rechazado, sin más», por inconstitucional e impracticable. «Pues bien -expuso Aznar-, nosotros en éste, como en algún otro asunto, dijimos simplemente que no nos íbamos a resignar».