El Orfeón Donostiarra, en el festival de Perelada. :: EFE
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Operación casting

El Orfeón Donostiarra inicia una campaña de captación de voces para hacer frente a nuevos proyectos

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Un coro amateur del prestigio del Orfeón Donostiarra se construye con una gran entrega y un trabajo casi profesional, pero no es necesario pertenecer a ningún grupo de elegidos para formar parte de él. Sus campañas de captación de voces están abiertas a todos los ciudadanos. «Ser seleccionado es más sencillo de lo que parece», asegura Gotzon Arrizabalaga, profesor de técnica vocal del Orfeón, que a finales del mes pasado comenzó a hacer las pruebas a los candidatos de la octava campaña que emprende la formación coral de San Sebastián para atraer nuevas voces.

Lo más importante es tener «un buen oído musical» porque el timbre, la potencia de la voz, «no es tan importante para un coro», explica. Arrizabalaga destaca que la mayoría de las personas que se presentan no están preparadas para cantar, pero se las acepta porque tienen «posibilidades». Éste es el primer paso para entrar en una formación con una historia única, que ha colaborado con solistas como Montserrat Caballé, y maestros de la talla de Daniel Barenboim, Zubin Mehta y Riccardo Muti, y que ha actuado en los más gloriosos escenarios, en la Sala Dorada del Musikverein de Viena o en el Metropolitan de Nueva de Nueva York.

Quien pasa la prueba inicial, muy corta, no suele incorporarse inmediatamente a los ensayos, sino que se somete a una «puesta a punto» por parte de los profesores para adquirir técnica. A veces, esta medida se prolonga a lo largo de todo un curso, un proceso que en algunos casos no concluye con éxito y al candidato se le dice «que no». A lo que se le otorga un especial valor es a «la dedicación y la pasión», porque ser orfeonista «cambia totalmente la vida», ya que son necesarios tres días de ensayos semanales y hay que reservar la mayoría de los fines de semana para las actuaciones, todo ello además sin remuneración alguna.

Arrizabalaga subraya que se presentan a las pruebas personas de todas las edades, pero aclara que es poco probable que se seleccione a una de más de 50 años, a no ser que esté en activo y venga muy bien preparada, ya que a partir de esa edad es muy complicado adquirir técnicas vocales.

Sin embargo, no hace falta ser mayor de edad. «A partir de los 15 ó 16 se puede estar preparado para empezar a aprender, sobre todo las mujeres, que no tienen tanto problema de cambio de voz», señala. El Orfeón está abierto siempre para quien decida probar, pero esta selección intensiva acabará a finales de julio.

Inge, una psicóloga donostiarra de 31 años, y Francesca, una italiana de 40 en paro que reside en un pueblo cerca de San Sebastián, son dos de las afortunadas que han pasado las pruebas. La primera, que comenzará con prácticas vocales, se ha animado porque siempre le ha gustado cantar. Estuvo en el coro de su ikastola y ahora se ha dicho que «por qué no hacerlo de nuevo». Francesca, diplomada en canto y con experiencia en coros aficionados de Italia y Alemania, ha pasado directamente a los ensayos.

«Cantar me hace sentir viva», afirma esta mujer que de, momento, ya es parte del coro vasco, el cual tiene en su lista de «disponibles» 160 voces, aunque el «núcleo» que trabaja con continuidad se sitúa entre las 90 y el centenar.