MUERTOS

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Así es como estamos después de la derrota de ayer ante el Huesca, muertos. Lo peor es que puede que también estemos enterrados. Eso lo sabremos la semana que viene. En cualquier caso, de no estar aún enterrados, seremos el próximo fin de semana en Carranza unos muertos vivientes que deambulan como almas en pena por la categoría, viendo como otros equipos con menos en todo que el Cádiz nos sacan los colores una y otra vez. Como hizo ayer el Huesca. Y es que, con uno menos desde el minuto 64 no fuimos capaces de encerrarlos en su área, ni siquiera de colgar balones a la olla con dos menos el equipo rival. Lamentable. Ahora mismo, la situación me hace ser muy, pero que muy pesimista. Estamos todavía peor que hace dos temporadas tras el empate en casa con el Sevilla B. ¿O era el Sevilla C? Bueno es igual, el caso es que lo tenemos más complicado que aquel día y ya saben lo que pasó. La cosa puede acabar en tragedia, ya que si se consuma el descenso la semana que viene, éste será en nuestra casa y ante una sufrida afición que no merece de nuevo este tremendo golpe. Si se consuma la catástrofe, en caso de que se produzca, cosa que por otra parte, y ojalá me equivoque, es totalmente probable que ocurra. No debemos engañarnos, la empresa es difícil, tenemos que ganar y esperar que suene la flauta. Una flauta que me temo que tiene pocos agujeros, por lo que es difícil que suene. ¿Cómo vamos a confiar en los demás equipos si no podemos hacerlo ni en el nuestro? Toma 'centenariazo'. Repito, ojalá me equivoque y salvemos la categoría, pero depender de los demás me da mucho 'yuyu'. Bueno, primero tenemos que ganar nosotros, cosa que dudo ahora mismo. Pido perdón a todos los que me leyeron buscando palabras de esperanza, pero no las tengo. Y punto.