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Cameron marca el terreno del gran recorte económico

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Incluso en su mensaje de apoyo a la selección inglesa en el campeonato mundial que se disputa en Sudádrica, el primer ministro británico, David Cameron, hizo ayer una referencia a lo que es uno de sus argumentos preferidos desde su elección. «Estamos en esto todos juntos», dijo el líder británico, trazando un paralelismo entre el apoyo del público a los futbolistas ingleses y la manera en la que quiere afrontar la crisis económica.

El Gobierno ha marcado el rumbo hacia el corazón de una tormenta en la que habrá más desempleo y más inseguridad metiendo miedo a la población, prometiendo transparencia y pidiendo unidad. «Afectará a cada persona en este país y a nuestra entera manera de vivir», dijo Cameron para subrayar la gravedad de lo que quiere hacer en el principio de esta semana.

Un día después el ministro de Hacienda, George Osborne, metió miedo incluso a los ministros del Gabinete. Cada uno de ellos tendrá que someter sus planes de gasto a un selecto grupo de miembros del Gobierno y otro comité, formado por los mejores expertos en servicios públicos dentro y fuera de la Administración, les interrogará sobre lo que quieren hacer en su ministerio, por qué y cómo. El propio ministro de Hacienda estará sometido a una fiscalización externa, la de la nueva Oficina de Estabilidad Presupuestaria.

El organismo, dirigido por un prestigioso economista, Alan Budd, analizará constantemente si los planes y medidas del Gobierno se ajustan realmente a los objetivos de ajuste presupuestario. En definitiva, que el propio Osborne perderá su prestigio si ese ente critica sus planes para reducir «más del 20%» -decían algunos titulares- el gasto público.