El juez condena a un menor por arrojar piedras contra un vehículo de la Policía Nacional
Los agentes acudieron a sofocar una pelea en la que participaba el chico y cuando se marchaban éste atacó el coche patrulla
JEREZ. Actualizado: GuardarLa gamberrada acabó saliéndole cara. El juez de Menores, José Miguel Martínez, ha condenado a un joven de 18 años a la medida de 50 horas de prestaciones en beneficio de la comunidad o a cinco fines de semana de permanencia en domicilio por un delito de atentado a agente de la autoridad y una falta de daños.
Los hechos por los que se le ha juzgado se remontan al 2 de abril de 2009, cuando el adolescente tenía 17 años y se vio envuelto en una pelea en la plaza de la Herradura. En la riña participaron varios jóvenes y la crispación llegó a tal punto que tuvieron que intervenir cuatro agentes de la Policía Nacional. Los funcionarios acudieron a calmar los ánimos y cuando se introdujeron en su coche para abandonar el lugar, recibieron una lluvia de pedradas que impactaron en el techo del vehículo, abollando la parte delantera.
Entonces, comenzó una persecución tras los dos chicos que acabó con la detención de ambos, aunque finalmente sólo se imputó a uno de ellos como el presunto autor del ataque.
En la sentencia, de hecho, el juez señala al menor condenado como autor del suceso y menciona que estuvo acompañado por otro de 14 años sin identificar. Tras el examen psicológico llevado a cabo por el juzgado, no obstante, el magistrado apunta que no se aprecia el menor déficit o carencias significativas en el perfil del joven, ya que se encuentra dentro de los patrones normalizados.
Insultos a una profesora
El Juzgado de Menores de Jerez también ha condenado a otro adolescente de 16 años a cuatro meses de libertad vigilada por una falta de insultos contra una profesora. La medida deberá ir complementada con un tratamiento ambulatorio del trastorno conductual del chico. Como consta en la sentencia, el pasado 1 de octubre de 2009 el condenado se encontraba en la clase de segundo de ESO del IES Salmedina, en Chipiona, alborotando e impidiendo a la maestra que desarrollara su labor.
Cuando la docente le invitó a que se marchara al aula de convivencia, el menor procedió a insultarle llamándole «hija de puta, guarra, gilipollas». Poco tiempo después, en la citada aula, volvió a increparla con las mismas expresiones. Como destaca el juez, el joven está poco integrado, es muy infantil y fácilmente influenciable y resulta descuidado con las normas sociales, actuando por instinto muy primario.