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«A los pescadores de Cádiz les debería preocupar África: allí está su futuro»

La bióloga participa en Cádiz en los actos programados con motivo del Día Mundial de los Océanos Kajsa Garpe Portavoz de la ONG Sociedad Sueca para la Protección de la Naturaleza

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Kajsa Garpe es la principal promotora del informe 'Un mar de injusticias y esperanzas', una documentada y exhaustiva investigación con la que la Sociedad Sueca de Protección de la Naturaleza ha puesto luz y taquígrafos a las miserias de la política pesquera comunitaria en aguas de África. Ayer, de la mano de Ocean 2012, una iniciativa en la que participan más de 70 ONG, presentó en Cádiz las conclusiones de tres años de arduo trabajo sobre el terreno.

-¿Extorsionamos a los países de África para que nos dejen llevarnos su pescado?

-Sí. La Unión Europea llega con lo que para las naciones subdesarrolladas supone un montón de dinero y les dice: '¿Qué hay aquí que nos pueda interesar?' Y tienen pescado, claro. Pero no firman nada parecido a un acuerdo comercial equitativo y beneficioso para ambas partes. La UE juega otras cartas: condiciona la resolución de determinados convenios fundamentales para esos países a que acepten unas condiciones muy concretas. No hay cuotas, por ejemplo. Ni medidas de seguridad. Países como Mauritania, cuya administración funciona exclusivamente gracias a las ayudas de la UE, tienen que tragar con lo que sea.

-¿Dónde van los 150 millones de euros que se destinaron en 2009 a esos 'acuerdos de asociación'?

-A lo largo de todo el trabajo de investigación nos hemos topado con una constante falta de transparencia: Bruselas no nos facilitó ningún tipo de información sobre los acuerdos y los países africanos tampoco. No hay certezas sobre adónde va ese dinero. Ni siquiera se le da al pueblo de África 150 millones de euros a cambio de que pesquemos allí, sino a sus gobiernos. Se supone que una parte tiene que destinarse a ejecutar infraestructuras provechosas para los pescadores africanos, pero lo cierto es que siguen sin medios de transporte, carreteras, hospitales, congeladores o carburante para sus barcas. Desde luego, a ellos no les llega.

-¿Debe preocuparnos lo que ocurra en el futuro con los caladeros africanos por una simple cuestión de conciencia medioambiental o social, o es que también allí se juegan intereses comerciales europeos?

-La cuestión es la siguiente: si el porcentaje de caladeros sobreexplotados en las costas de África Occidental ya supone una brutalidad, ¿qué ocurrirá cuándo no haya pescado? Los africanos están hipotecando su futuro, pero los pescadores españoles, andaluces y gaditanos también. A ellos debería preocuparles África tanto como a los nativos. Su futuro está allí. Las aguas europeas están casi extenuadas. A nadie le interesa que se agote el filón africano. Y con los actuales acuerdos de asociación, que carecen de un control específico sobre el volumen de capturas, no creo que sea ninguna hipótesis descabellada.

-¿Qué proponen ustedes?

-Que en 2012, cuando se negocie una nueva política pesquera para la UE, se acabe con esta situación. Que no se vinculen los acuerdos de pesca a los de cooperación, que las subvenciones a la pesca europea se vayan reduciendo hasta desaparecer, que se establezcan mecanismos fiables para garantizar que el dinero que va a África llegue a los ciudadanos y, sobre todo, que se priorice la sostenibilidad al negocio.

-Hoy se celebra el Día Mundial de los Océanos. ¿Qué es lo más urgente?

-Por encima de la contaminación, lo principal es sacar a la pesca de su condición de eterna olvidada en los debates medioambientales. Si no, tendremos un problema ya mismo.