Dani Pedrosa alza su casco en señal de alegría por su victoria en el Gran Premio de Italia. :: AFP
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Pedrosa ha vuelto

El catalán se pasea en Mugello y Lorenzo suma una segunda plaza que afianza su liderato en el Mundial

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La primera carrera sin Rossi en pista fue un monólogo. De Pedrosa. El catalán ha conseguido mejorar las prestaciones de su Honda y ayer realizó la carrera perfecta. Su máquina es ahora más rígida, más manejable algo que agradece el piloto, que por primera vez esta temporada pudo disfrutar en un circuito. La segunda plaza fue para Jorge Lorenzo, que en esta ocasión no fue ni la sombra de otras. El neumático trasero no respondió a las expectativas y no pudo ofrecer un cuerpo a cuerpo a su rival. Dovizioso terminó tercero, mientras que hubo que buscar a Stoner en la cuarta plaza.

La categoría reina se abrió con constantes recuerdos al 46 de Yamaha. Incluso él se quiso sumar a la fiesta desde el hospital en el que se encuentra ingresado y mantuvo una conversación telefónica que se pinchó en la megafonía de circuito. «Volveré pronto», señaló el de Tavullia. Los ducatistas montaron en su grada un mosaico con el nombre del nueve veces campeón del mundo, que este domingo por primera vez vio una carrera por la televisión. Incluso su compañero de equipo, Jorge Lorenzo, tuvo distintos detalles, como mostrar un cartel de apoyo antes de que se apagara el semáforo en rojo.

Cuando lo hizo no hubo tiempo para nada. Pedrosa salió como un tiro, como acostumbra, y enseguida demostró que la 'pole' obtenida el sábado no era de casualidad. La moto funcionaba. No había excusas. Por lo tanto era la hora de demostrar. Lorenzo tampoco abrió gas excesivamente mal y se puso segundo, mientras que Stoner se situó tercero. El australiano apostó por un neumático blando para la rueda trasera -permite marcar mejores tiempos en las primeras vueltas pero a medida que se discurre la carrera es una incógnita- y perdió.

Pronto se vio que esta ocasión no habría tensiones en carrera. El catalán comenzó a rodar como un descosido y no hubo forma de seguirle. Encadenó cuatro o cinco giros rápidos y abrió un hueco imposible de cerrar. Quedaba la ligera esperanza de que el mallorquín mejorara a lo largo de la carrera, algo habitual en él, pero en esta ocasión no fue posible. Su ritmo era peor que el de la clasificación y así no había forma. Ante esta situación optó por la prudencia conservó un segundo puesto que sólo puso en peligro por momentos un ambicioso Dovizioso. Pero el balear no estaba dispuesto a que nadie le inquietara y a medida que pasaron las vueltas abrió un pequeño hueco con el italiano para rodar más 'cómodo'.

Los alicientes en cuanto a pelea hace referencia hubo que buscarlos en la lucha por la cuarta plaza. Allí estaban De Puniet, Melandri y Stoner. Dos Hondas 'satélites' contra una Ducati oficial. Y eso que Mugello era un territorio ducatista. Por lo menos no se cayó. Y cuando tuvo que demostrar quién era el mejor del trío no tuvo excesivos problemas para hacerlo y sumar los puntos que otorga la cuarta plaza. Novena victoria de Pedrosa en la categoría reina, que se coloca segundo en el Mundial a 25 puntos -una carrera- de Lorenzo, que afianza su liderato. Otro de los que brilló fue Aleix Espargaró. Consiguió el octavo puesto. El mejor de su vida. Barberá fue decimosegundo y Bautista, último.