LA KURSALA, SOBRESALIENTE EN FOTOGRAFÍA
La sala gaditana termina el año académico con éxito tras exponer las obras de jóvenes creadores y anuncia la presencia de artistas de prestigio
Actualizado: GuardarEn un mundo gobernado por imágenes, el elemento visual no tiene rival, trasciende fronteras y se instala en las retinas y en la memoria de quien ose ponérsele delante. La fotografía es el arte de recoger instantes, robar momentos y documentar la realidad. Pero también puede jugar. Jugar a crear conceptos o puestas en escena, a construir realidades paralelas, unas veces ilógicas o surreales y otras, sobrecogedoras e inquietantes. Certámenes como PhotoEspaña han contribuido a ensalzar la fotografía contemporánea como una de las manifestaciones artísticas más potentes y que ofrece mayores posibilidades expresivas a sus creadores. Pese a que la vanguardia artística tiende a concentrarse en las grandes capitales y las iniciativas más novedosas suelen coger impulso en estas urbes, en toda ciudad existen reductos de modernidad y transgresión. En Cádiz, donde el arte contemporáneo no tiene uno de sus mayores baluartes, existen no obstante espacios y proyectos que no deberían envidiar a los nacidos en ciudades como Madrid o Barcelona, capitales que se venden al mundo como epicentros de nuevas tendencias y lenguajes artísticos. Un buen ejemplo es la Kursala de la Universidad de Cádiz, una galería que nació en octubre de 2007 consagrada totalmente a la fotografía contemporánea española. Para Jesús Micó, el responsable de la programación de la sala, el objetivo de este espacio siempre fue el de promocionar a jóvenes creadores, a veces incluso con el apoyo de fotógrafos de prestigio.
Micó estudió Medicina en la UCA, pero antes de terminar la carrera se dio cuenta de que le satisfacía más rescatar instantes con su cámara e investigar los lenguajes de la imagen que convertirse en sanitario. Acabó su licenciatura y cursó el primer doctorado de 'Teoría de la Fotografía', impartido por la pionera Universidad de Barcelona. Su labor académica continuó como profesor en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), donde comenzaría a ofrecerse la primera Diplomatura de Fotografía de la historia española a mediados de la década de los noventa.
Su contacto con la UCA no cesó, ya que en sus continuos viajes a la provincia para ver a su familia, era captado para impartir cursos y seminarios, sobre todo en verano. A raíz de los nuevos cambios de Bolonia, que establecían grados de cuatro años de duración, Micó pasó a ejercer como docente en la Escuela IDEP de Barcelona, una de las más prestigiosas del país, dependiente de la Universidad Abat Oliba.
Pronto llegó a sus manos el ambicioso proyecto de la Kursala, una clara apuesta de la UCA por la fotografía contemporánea. Según Micó, el interés de la Universidad de Cádiz se evidencia en tres actuaciones: la creación de una Escuela Fotográfica Permanente, un aula de formación que incluye clases magistrales de grandes expertos en la materia (la última de este año estará capitaneada por el propio Micó y tendrá lugar el 18 de junio); la puesta en marcha de la sala Kursala y la organización de un seminario de fotografía en el marco de los Cursos de Verano de la UCA. «El último seminario, de los tres previstos, será el de este verano», apunta el fotógrafo gaditano, organizador de éste y los dos anteriores.
'Panorama general de la creación fotográfica española actual: una tercera -y definitiva- aproximación' traerá a la UCA a reconocidos expertos en arte contemporáneo como Alejandro Castellote, comisario independiente, José María Díaz Maroto, responsable de la colección fotográfica del Ayuntamiento de Alcobendas (la más importante del país), Mariona Fernández Palou, directora del prestigioso festival SCAN, Jesús Vilamajó, director de Emergent, certamen dedicado a los nuevos creadores, Lola Garrido, experta en coleccionismo fotográfico y el colectivo 10x15, renovador fanzine del panorama artístico nacional.
Jesús Micó asegura que por los cursos estivales de la UCA han pasado ya nombres como el de Claude Bussac, directora de PhotoEspaña 2008 o Joan Fontcuberta, Premio Nacional de Fotografía.
Un año de exposiciones
El último año académico, a punto de llegar a su fin, ha traído a la Kursala a importantes nombres de la fotografía nacional. El encargado de inagurar el curso fue Ricardo Cases con su impactante muestra 'La caza del lobo congelado', cuyo catálogo ha sido seleccionado en la última edición de PhotoEspaña como uno de los mejores libros de fotografía editados en España. Elegido entre más de 400 volúmenes, rescapta una colección de imágenes que pudieron verse en la galería universitaria desde finales de mayo de 2009 hasta septiembre del mismo año. «Cases trabaja entre el amor y el odio hacia la caza», apunta Micó. Lejos de retratar esta práctica desde un punto de vista 'verde' o ecologista, el fotógrafo madrileño la critica con cierto sarcasmo, aunque no disimula en algunos casos «la ternura que le inspiran algunos de estos cazadores».
El reputado artista mallorquín Biel Capllonch ha sido el único creador no novel que ha expuesto este curso en la Kursala.
En octubre inauguraba en Cádiz 'Seis (o siete) falsos ejercicios para la estimulación del tracto intestinal', un trabajo en el que el fotógrafo de moda y publicidad, autor de todos los carteles del Sónar, «subvierte su fórmula de acabados impecables para la fotografía de gran formato» y la adapta a un soporte electrónico, «seis pequeñas pantallas distribuidas por toda la sala». Así, un circuito cerrado proyectaba distintas imágenes protagonizadas por un «personaje enigmático», un interrogante narrativo algo grotesco.
Un mes después, la joven Ariadna Arnés mostraba en 'Estupendas' la superficialidad y los excesos de las mujeres maduras de la alta sociedad catalana. «Son fotos llenas de patetismo robadas por la artista durante su trabajo en bodas», explica Micó. Por este motivo, Arnés no muestra las caras de las protagonistas, pero el mensaje resulta evidente.
La única muestra de abstracción de este año la ha personalizado Olga Simón con 'Jardín Polar', una serie de fotografías intimistas que mezclan el mundo real con el de los sueños a través de agua y hielo. «Una obra poética y compleja» que pudo verse en la Kursala desde mediados de enero hasta finales de marzo, mes en el que fue sustituida por el joven artista de ascendencia inglesa Javier Merquerie Thomas con su exposición 'Soñar despierto'. «Javier retrataba ese momento frágil de la vida que va entre la primera y la segunda juventud, cuando uno pasa a enfrentarse a la cruda realidad», cuenta Micó. Las imágenes, protagonizadas por jóvenes en sus trabajos o en sus casas, «no son pesimistas» pero eliminan el clásico optimismo infantil.
La muestra que llena actualmente la sala es 'In-domestico' de Alessia Rollo, que «reinventa el concepto de bodegón» para crear naturalezas muertas llenas de paradojas. «Reflexiona sobre los objetos que llenan el mundo contemporáneo», tan pulcros y asépticos, que sirven como metáfora de la pérdida de calidez y espontaneidad de la sociedad actual.
Le seguirá a finales de mes la instalación del colectivo 10x15, que pondrá fin al curso, pero tras el verano la Kursala retomará su programación con la presencia de fotógrafos consagrados como José María Díaz Maroto o José María Mellado, autor del libro 'Fotografía Digital de Alta Calidad', manual de cabecera para todos los profesionales.